¿Habrá colas online en Cuba?

Elías Amor Bravo economista 

La pregunta con que se abre esta entrada del blog es provocadora. Y, la respuesta es que, por supuesto que no. Tal y como está concebido el comercio electrónico en la Isla, será difícil. Para empezar, echen un vistazo a los precios de los productos, 1 kg de leche entera en polvo por 1.590 pesos o una salsa de tomate de 225 ml por 472 pesos, no parece que sean muy atractivos para los cubanos que cobran sus pensiones o salarios en la moneda nacional. Tampoco parece que se dirijan a este segmento del mercado que, según dijo el ministro Gil, representa el 70% de la circulación mercantil minorista.

Pero el caso es que ya funciona en Cuba el comercio online, de aplicación privada y con un posicionamiento en el mercado que empieza a presentar interés. La prensa estatal castrista hace referencia a Cubamodela, una de esas tiendas online de titularidad privada, que aparecieron durante la pandemia y que se han ido desarrollando en la Isla para prestar servicios a la población. A diferencia de otros países, el nacimiento del comercio online en Cuba ha tenido una secuencia complicada.

Primero, nunca se planteó como iniciativa estatal, de hecho, las entidades que han surgido son privadas y por ello se han tenido que afrontar y superar no pocos retos en poco tiempo, hasta alcanzar la posición que ocupan en la actualidad, que sigue estando condicionada por la voluntad política de las autoridades.

Segundo, apareció con un ostensible retraso con respecto a otros países que ya llevaban más de una década con este tipo de iniciativas. Desde entonces ha crecido el negocio, pero se mantiene una cierta distancia con respecto a otros países, incluso de desarrollo inferior.

Tercero, el comercio online ha tenido carácter paliativo para suplir las carencias del comercio físico, pero la gama de productos que se pueden comprar, aunque ha ido en aumento, sigue siendo restrictiva y muy concentrada en las manufacturas, productos básicos de primera necesidad o alimentos envasados y productos de aseo, que registran precios prohibitivos para un amplio segmento de la población.

Cuarto, la consecuencia de todo ello es que el comercio online lejos de servir a la población, de forma mayoritaria, se ha convertido en un negocio de lujo, al que solo tiene acceso el que se mueve dentro del área que incrementa de forma artificial el poder adquisitivo de la población, vía remesas o complementos salariales en MLC. Los precios siguen elevados y aunque se mantienen en línea con otros establecimientos, el acceso a los mismos para el pueblo llano es problemático, lo que, por otra parte, impide a estos comercios crecer de forma sostenible.

De hecho, como señalan los responsables de Cubamodela, el objetivo es “vender y ser atractivos, y contribuir a cubrir necesidades de la población” y por ello, se aceptan pagos nacionales, como desde el exterior. De hecho, la tienda online permite que aquellos cubanos con familiares en el extranjero puedan realizar las compras pagando desde los países en que residen, lo que acaba siendo un mecanismo de captación de remesas que trata de sacar provecho de esa corriente de recursos que según algunas estimaciones, ronda los 6.000 millones de dólares al año.

La entrada del sector privado en este negocio es una magnífica noticia, que confirma la parálisis estatal para entender qué tipo de servicios se tienen que ir desplegando para atender las necesidades de la población, y de otro, el mayor dinamismo y flexibilidad de los actores privados para ocupar las brechas que el régimen es incapaz de cerrar.

De hecho, estos comercios online están apostando por alcanzar encadenamientos con productores nacionales, para reducir los costes de compra y así poder establecer precios más bajos, lo que no siempre se consigue ya que los productores se encuentran, a su vez, con dificultades para no trasladar los aumentos de costes a sus precios de producción, y en otros casos, les resulta imposible mantener los compromisos de suministro a la tienda online, lo que supone un deterioro de la imagen de esta frente a sus clientes cuando van a comprar esos productos faltantes.

El caso de Cubamodela puede servir de ejemplo para otras iniciativas similares, conforme el comercio online se vaya especializando, y deje atrás ese carácter integral que presentan los primeros proyectos (combinando aseo, alimentos, peletería, etc.) que han saltado a la arena para dar servicio a la población.

En todo caso, es fácil suponer que el comercio online se mueve en un segmento muy concreto de clientes de alto poder adquisitivo, y que no prestan atención a la relación de sus retribuciones con los precios. Un segmento de mercado en que el calor, las guaguas o la extenuante cola no son conocidos, ni se tienen que experimentar con sus efectos negativos, aspectos que la publicidad y marketing de Cubamodela destaca para asegurar y dar contenido a su oferta competitiva. 

Un segmento de mercado que convive con la mayoría de la población que, por tener un insignificante poder adquisitivo de sus salarios y pensiones, tiene que malgastar su vida sufriendo del referido calor, las guaguas o la extenuante cola. Y eso, por mucho que los comunistas que rigen la Isla se nieguen a reconocerlo, se llama desigualdades sociales, injustas y profundas en el paraíso comunista ideado por Fidel Castro y el Che. Y en Cuba existen en la actualidad esas injusticias y nada ni nadie parece evitarlas, más bien lo contrario. Ante la parsimonia del sector estatal, el privado saca provecho de la situación.

Estas tiendas online se han diseñado para los cubanos del segmento más elevado de la sociedad, que como se explica en la publicidad de la tienda, eligen los productos, los montan en el carrito y luego hacen la compra para recibir en casa, en un plazo de no más de 72 horas el pedido realizado. Una sensación de lujo y poderío económico invade espacios limitados y restrictivos de consumo, donde es posible comprar cualquier cosa que se quiera, que obviamente ni se recuerda en los establecimientos estatales que siguen con la canasta normada y demás majaderías comunistas. 

Y así, esos cubanos de la alta sociedad comunista realizan pedidos de todo tipo de bebidas, peletería, mochilas, productos para niños, para mascotas, artículos deportivos, muebles, útiles del hogar, joyas, bisutería, herramientas, y suma y sigue. Habría que preguntar a los dirigentes del régimen qué cubanos pueden vivir a este tren de vida en 2023. Pues realmente los hay, y aun cuando la economía no de para más, si nos referimos al conjunto de la población, hay un segmento de alto, altísimo poder adquisitivo que hace que Cubamodela gane dinero, y eso está muy pero que muy bien.

Cubamodela ha pensado en ideas realmente interesantes, como que los suministradores dispongan de su propio espacio de venta virtual dentro de la plataforma de la mipyme, que lo facilita a través de diferentes modalidades de negocio. Eso se llama relaciones con proveedores y es una de las estrategias que han sido implementadas por negocios de distribución comercial que han experimentado cambios espectaculares en España, como por ejemplo Mercadona, que ha sabido desplegar unas estrechas relaciones con sus proveedores que garantizan la calidad del producto y la estabilidad de los suministros. Esto, por supuesto, no lo habría hecho jamás el comercio estatal comunista. Ese que tiene las bodegas vacías sin nada que ofrecer durante 64 años. Es el comercio privado, y en concreto la mipyme, quien ha venido a ocupar un sitio de momento pequeño, pero que crecerá, es todo cuestión de tiempo. Una gran noticia.

Comentarios

  1. En Cuba los bienes primarios,se consideran de lujos,y el Comercio Minorista,Estatal,ha ido de lo sublime a lo Ridículo,desde que todo pasó,al control de los militares,adiós ,a lo mejorcito,que funcionaba.Me preocupa mucho,e enfoque de mercado de muchas de estas Mipymes,la formación de precios,y la calidad del servicio ofertado,sobre todo la sostenibilidad,en el tiempo del lugar ganado,dentro de la sociedad,ya muchas han entrado,a pesar del poco tiempo de funcionamiento,en zonas de confort,dónde la venta online,la ponen ,en algunos, casos en manos de revendedores del mercado negro,lo cual es garantiza,llegar a otro sector de mercado,que no llegan dichas plataforma.Me preocupa la sostenibilidad de todos estos proyectos en el tiempo

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