En Cuba falta comida.... y seguirá faltando

Elías Amor Bravo economista

En Cuba falta la comida. Son seis décadas de escasez perniciosa que exigen dar una respuesta a uno de los problemas más graves del día a día de los cubanos. Una edición reciente de Mesa redonda se dedicó a esta cuestión, con el título ¿Qué pasa con la producción de alimentos en Cuba?

Cuatro dirigentes del ramo participaron en el programa. El ministro de la industria alimentaria, Manuel Santiago Sobrino; el director de investigaciones de la industria alimentaria Jesús Lorenzo Rodríguez; el presidente del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria, Emerio González y la viceministra de la Industria Alimentaria Midalys Naranjo. Cada uno habló de lo suyo, sin dar respuesta a la pregunta que todos los cubanos se hacen: ¿Por qué no hay comida?

El ministro de la industria alimentaria señaló, en primer lugar, que la producción de alimentos es estratégica para Cuba en el plan de desarrollo del país hasta 2030, para después reconocer que la industria se ve afectada por la actual situación económica del país, que atribuyó al embargo/bloqueoNo asumió ni una sola responsabilidad. Habló del aumento de los precios en el mercado internacional en los últimos años y de la guerra en Europa como determinantes del aumento de los precios de los alimentos en Cuba, sin mencionar una sola vez al responsable de todo, el aliado del régimen, Putin.

Acabó diciendo que la disponibilidad de energía eléctrica ha afectado la productividad de la industria, en una clara alusión al ministro del ramo, e incluso citó los efectos del cambio climático, en concreto, la sequía, como responsable de la baja producción.

En segundo lugar, el ministro dijo que los nuevos actores económicos han dinamizado el sector y citó que, en el país, hay 844 micro, pequeñas y medianas empresas privadas, de las cuales 144 se dedican a la panadería y repostería, 194 a la producción de productos cárnicos, 188 a la producción de conservas y 92 a los productos lácteos. Y citó la existencia de 350 minindustrias principalmente en la agricultura y en AZCUBA. ¿Suficientes? ¿Adecuada distribución? ¿Sostenibilidad? Todo dudas.

En tercer lugar, se refirió a los cambios introducidos el pasado año en la comercialización agropecuaria, estableciendo que la contratación de estos productos por parte de la industria se realice de productor a productor, una medida que no se ha aplicado correctamente, lo que afecta a los niveles de leche y carne que se contratan con los productores. Y para ello, pidió que se cambie la mentalidad, los conceptos de negocios y las estructuras de dirección, y apoyarse en la comunicación y la informatización. ¿Solo eso? ¿Y quien tiene que inspirar y promover los cambios si no es él?

En cuarto lugar, se refirió a la Ley de Soberanía Alimentaria, Seguridad alimentaria y nutricional que, según dijo, cuenta con las herramientas necesarias para el Ministerio de la Alimentaria y otros actores que intervienen en la producción de alimentos. Reconoció que la población todavía no observa que los cambios se reflejen en su mesa, por lo que hay dudas de los mismos. No opina lo mismo el Programa Mundial de Alimentos de la ONU que ha dado un severo aviso a Cuba por la inflación.

El siguiente en intervenir fue Jesús Lorenzo Rodríguez, director de investigaciones de la industria alimentaria, que centró su exposición en los resultados de la actividad científico-técnica en el sector que, a lo largo de 46 años, ha desarrollado 700 productos, proporcionando herramientas a todos los transformadores de alimentos, desde la composición nutricional del producto hasta la ejecución de los procesos tecnológicos y los equipos más eficientes a utilizar. ¿Dónde están esos desarrollos y cuáles han sido sus resultados reales?

Habló de los proyectos de investigación, como el de producción de harina, y la formación a los productores locales, para producir alimentos que satisfagan la demanda de la población en términos de cantidad de proteínas, grasas, etc. Y todo ello, sin citar los resultados concretos, como, por ejemplo, las 16 asesorías tecnológicas. Citó algunos proyectos de mayor impacto en los territorios, todos ellos por indicación del consejo de ministros (decisión política, no técnica) en Puerto Padre y Los Palacios. Y citó, como si fuera algo destacado, la utilización de los subproductos de la industria de alimentos, una práctica que se lleva a cabo en todo el mundo y que reduce los impactos en el medio ambiente de los desechos. Finalmente señaló que actualmente, a partir de la situación de carestía del azúcar, desde el Ministerio se trabaja con AZCUBA para utilizar procesos intermedios del azúcar como endulzante en la elaboración de otros productos.

A continuación, tomó la palabra el presidente del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria, Emerio González que hizo referencia a las reformas estructurales del pasado año, con la creación de un grupo dedicado a la actividad agroalimentaria para atender la fuente de materia prima fundamental de productos de agricultura, lácteos, cárnicos, conserva y café; otro grupo de la pesca. 

Dentro de las tareas del grupo está garantizar la harina de trigo, a través de la Empresa Nacional Molinera que se dedica a la actividad de producción y distribución de harina de trigo y además, la levadura y otras materias prima para la producción de pan que va con destino a la canasta básica y otros consumos. Los participantes en la mesa redonda dedicaron atención a la harina y al pan, porque saben que el asunto preocupa a los cubanos. 

Se explicó que, con relación a este producto, a mediados de 2022 empezó una situación muy crítica en el suministro de trigo y en los primeros seis meses de este año se agudizó. Para lograr la estabilidad en la producción de harina y los consumos tradicionales en un mes se requieren tres barcos de trigo por valor de 35 millones de dólares. Al respecto, señaló que en 2023 solo han logrado comprar cuatro barcos de trigo, un rubro cuyos precios han subido considerablemente y apuntó que es un producto muy afectado por el bloqueo. 

Pero es igual, las afectaciones se deben al bloqueo y citó el caso de las piezas de repuestos. Hay cuatro molinos, con disponibilidad de financiamiento, se ha pagado a los proveedores de piezas de repuestos y los bancos donde ellos trabajan no aceptaron el pago, pero sin repuestos no pueden funcionar. Pues se buscan en cualquier otro sitio. Desde luego, nadie los va a regalar.

Pese a las dificultades, el gobierno no renuncia a mantener la producción de pan y se han adoptado varias acciones como la búsqueda de harina y trigo en regiones cercanas para lograr mejores tiempos de llegada, Según el directivo, para los próximos meses hay dos barcos de harina de trigo contratados, no se trata de un volumen grande, pero está pronosticado también el arribo de otros dos barcos de trigo. Con eso está garantizando julio y para agosto se está trabajando en el tema de la contratación.

También reconoció que no han podido entregar harina a la Cadena Cubana del Pan y que hay varios actores económicos que han importado un nivel de harina y han participado en este encadenamiento productivo. Además, estos encadenamientos también están dando resultados con la industria confitera. Lo que no dijo es que para comprar y contratar hay que pagar deudas, y Cuba en esos temas tiene una mala, muy mala data.

Respecto a la producción de bebidas alcohólicas, dijo que la disminución de la producción azucarera en Cuba ha impactado de manera negativa en el sector. No obstante, señaló las medidas aprobadas para AZCUBA como una oportunidad de revertir la situación. Además, con AZCUBA se realiza un chequeo sistemático de los procesos productivos y hasta la fecha se ha logrado extraer más de dos millones de cajas de ron, que permitirán recuperar las producciones.

A continuación, para hablar de la pesca, la viceministra de la Industria Alimentaria Midalys Naranjo, sorprendió diciendo que, aunque Cuba es un país rodeado de mar, sus aguas no poseen los niveles de peces necesarios para satisfacer la demanda de la población. ¿Desde cuando se tiene esta información?

Explicó que entre 1976 y 1990 Cuba disponía de una flota pesquera que operaba en aguas internacionales y aportaba buena parte del pescado que se consumía en el país (alrededor de 100.000 toneladas anuales). Sin embargo, a partir del año 1992 la flota cubana tuvo que retirarse gradualmente de las aguas internacionales, al no poder cumplir los acuerdos pesqueros, lo que afectó la disponibilidad del alimento en Cuba. Entre 1986 y 2009, el país importaba alrededor de 33.000 toneladas de productos pesqueros, actividad que la viceministra dijo que no es posible mantener en la actualidad, por los niveles de financiamiento que exige.

Por tanto, el régimen ha decidido que el pescado se base en la acuicultura en Cuba, con un programa donde se incluyen todas las provincias del país. Entre los cultivos, se desarrolla el extensivo, porque la acuicultura intensiva demanda volúmenes de pienso que no se disponen en la actualidad. El cultivo de ciprínidos (lo que se conoce comúnmente como tenca) es uno de los más practicados, aunque demora alrededor de 18 meses para lograr un pescado de talla comercial. Además, en esta actividad existen nuevos actores económicos. Se cuenta, por ejemplo, con 485 productores privados con alrededor de 1.546 hectáreas sembrada. No es iniciativa privada. Se trata de arrendatarios que no son dueños de los medios de producción.

La viceministra citó algunas de las dificultades de la acuicultura, como los efectos del cambio climático (sobre todo la sequía y las intensas lluvias), el plazo para disponer de un pescado comercializable y el déficit de artes de pesca sufrido hasta el momento. En ese último aspecto, informó que han entrado al país insumos destinados a la pesca en los embalses.

Seguidamente, se refirió a la Ley de Pesca de 2019 que, según dijo, fue debatida con las comunidades pesqueras, que ofrecieron planteamientos que se han valorado, y no ha sido hasta cuatro años después que se han empezado a tener en cuenta para una supuesta flexibilidad de la norma. ¿No habrá sido tiempo más que suficiente? En esencia, hay un grupo de trabajo encargado de la revisión de las normas jurídicas que soportan la ley que ha elaborado propuestas para el desarrollo de la actividad pesquera, que han sido aprobadas por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.

Entre las reformas, se habló de crear condiciones paulatinamente en todos los territorios para la venta mayorista y minorista de insumos para la pesca, ofrecer servicios de construcción y reparación de embarcaciones, permitir por un plazo de dos años la pesca comercial en los meses de agosto a enero en las áreas declaradas como zonas de preferente uso turístico, modificación del área de navegación tres C. Actualmente estaba aprobado navegar hasta las 12 millas, incremento de la potencia de los motores hasta sesenta caballos, revisión de los planes de manejo de las áreas protegidas, declaración de las bases de pesca como puerto pesquero de interés local y facilitar la comercialización del pescado, aplicando los conceptos de venta de precios por acuerdo a todos los productos y actores económicos. Atentos a esta última.

Precisamente, para la misma, que ya se aplica, se aprobó la Resolución 52 en octubre de 2022, que plantea que el pescador comercial no está obligado a poseer un contrato con una entidad estatal y puede comercializar directamente sus productos. Ello ha propiciado un incremento de la venta de licencias comerciales no estatales, llegando a 4.042 licencias al cierre de mayo, cifra muy superior a 2022.

Aclaró que las medidas anteriores están en fase de implementación y en los próximos meses deben permitir un nivel superior en la flexibilización de la actividad pesquera, siendo bien acogidas por los pescadores. Ya se verá. Ojalá que todo esto acabe en más producción y consumo de pescado, pero no parece probable. Los derechos de propiedad siguen siendo intocables.

Al cierre del programa, el ministro abordó la situación de la canasta básica, los productos que la componen y su situación actual. Un tema de interés para la población.

Su intervención abordó lo que llamó desafíos en cuanto al envasado, inocuidad y calidad de los alimentos. En concreto, el pan, además de los problemas de materia prima, en la calidad de ese producto influye el descontrol en lugares donde no se ha puesto la suficiente exigencia.

Después se refirió a la compleja situación de los productos de la canasta básica, prácticamente todos.

De la leche en polvo dijo que para asegurar el consumo del país se depende de pequeñas importaciones desde América Latina y el Caribe, que reconoció, no satisfacen la demanda. Del aceite reconoció la existencia de una deuda de un mes en el suministro, pero dijo que se encuentra en el país un barco con inventario suficiente para satisfacer la demanda durante dos meses, y aseguró que en los próximos días podrá comenzar la distribución de aceite a la población. En cuanto a la compota, con una situación difícil a comienzo de año, parece que ya cuenta con materias primas para su elaboración y actualmente está en proceso de distribución.

Del café, dijo que se está completando el de la canasta básica de mayo, que es para el que existe garantía de materia prima nacional. Y entonces dijo algo sorprendente: la producción de café, de ahora en adelante, dependerá de que se pueda importar, porque la producción nacional no podrá cubrir estos meses. Del pollo de la canasta básica dijo que comenzará su distribución en estos días pero solo para una parte de la población y aseguró que en los meses de julio y agosto mejorará la distribución de este producto en la canasta familiar normada. De los otros cárnicos, dijo que en próximos días debe llegar a puerto cubano un barco con materias primas e inventario para dos meses, destinado a la producción de alimentos como el picadillo y la jamonada. En cuanto a los derivados de la soya, dijo que el panorama es complejo, por el déficit del producto en el mercado internacional, y se limitó a señalar que se trabaja en una solución oportuna.

Tras este recuento, ciertamente dramático, dijo que está en marcha un programa conducido por el gobierno para mejorar la situación en el verano, con productos como la cerveza, el refresco, el helado y las confituras. Curiosamente, son los que han experimentado descensos en la inflación del mes de mayo.

Anunció que en los próximos días se pondrán en funcionamiento más de cinco inversiones con capital extranjero y dos con capital nacional, que deben mejorar el escenario de consumo. Entre ellas, destacan una fábrica de galletas, confituras y café; así como otra de cerveza, en el Mariel; una fábrica de confituras en Caibarién, Villa Clara; la puesta en marcha de la fábrica de chocolate Baracoa; la ampliación de la producción de la cerveza Bucanero; entre otras.

Largo programa. No era para menos. Los temas tratados, sin duda lo merecen. Los espectadores que aguantaron el programa hasta este punto se fueron a la cama con la misma sensación de infortunio. Peor aún, sintiendo que les habían engañado una vez más.

Comentarios

  1. Quedo muy claro el inmovilismo y con la poca prioridad que es atendido el tema en la isla. Lo informado en lugar de aclarar fue confuso y nada novedoso y ewoeranzador para el pueblo. Fue mas de los mismo. El mensaje fue claro. Nada va mejorar.

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  2. Vi su entrevista en Cibercuba sobre alimentación y creo necesario darle a conocer sobre la campaña Alimentos Abundantes, Buenos y Baratos que desarrollamos en Cuba y cuyas propuestas fueron presentadas a instituciones de la dictadura en 2008, reiteradas en 2011 y por último en 2019

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  3. Soy Moisés Leonardo Rodríguez de la Corriente Martiana desde Cuba y al escuchar su entrevista a Cibercuba sobre alimentación, creo conveniente darle a conocer la campaña Alimentos Abundantes, Buenos y Baratos que desarrollamos en Cuba y cuyas propuestas presentamos ante autoridades de la dictadura en 2008, reiteramos en 2011 y por último en 2019 cuando reiniciamos la dicha campaña, pero su Whats app y correo por donde nos habíamos comunicado antes, me gustaría reubicar el intercambio, gracias

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