Prórroga de importaciones no comerciales: prohibir el sector privado por encima de todo

Elías Amor Bravo economista

La noticia se veía venir. Una vez más las autoridades del régimen comunista cubano prorrogan hasta el 31 de diciembre, la exención arancelaria para la importación no comercial de alimentos, productos de aseo y medicamentos. Al mismo tiempo, se anuncia la inclusión de nuevos beneficios para los envíos y los equipajes no acompañados.

Una medida que iba a tener carácter provisional, se consolida por obra y gracia de los dirigentes comunistas. Denominar a esta ingente cantidad de mercancía que entra al país con esta fórmula, importaciones no comerciales, es una majadería. El 80% de las transacciones del floreciente mercado informal de la Isla se nutren con estos bienes introducidos al país. La cuestión es que no se conviertan en una vía de generación de riqueza, empleo y actividad privada.

Conviene decir que la importación no comercial de alimentos, productos de aseo y medicamentos fue decidida por los dirigentes cuando se comprobó en 2021, en plena crisis provocada por la tarea ordenamiento, que el sistema comercial estatal había fracasado, y era incapaz de atender las necesidades básicas de la población.

En aquel momento, en vez de autorizar empresas de importación y exportación que abriesen un sector inexistente en la economía cubana, pero fundamental para el funcionamiento de un país, tomaron la decisión de autorizar el comercio de las “mulas”, como se denomina despectivamente a los compatriotas que se dedican a estas actividades. 

Con una licencia de trabajo por cuenta propia, decenas de miles de cubanos viajan a la zona libre de Panamá, Yucatán e incluso a los boyantes supermercados de Haití para aprovisionarse de todas las mercancías que no existen en la Isla. Y luego, la venden en los portales de sus casas o en las viviendas abandonadas por la indolencia castrista, dando un servicio muy solicitado por la población.

Ahora, el ministro de finanzas y precios considera que, como persisten las condiciones que provocaron, en 2021, la adopción de esta medida, entre ellas, la escasez de productos en el mercado nacional, se considera que se debe extender el plazo de aplicación. Y van así, cuatro ampliaciones. Y las que han de venir.

De modo que los cubanos que se dedican a transportar los enormes paquetes que viajan en las bodegas de los aviones y que llegan a la Isla, cuentan con otros seis meses para desarrollar sus actividades. Es posible que, con el cambio de coyuntura internacional que apuntan los analistas económicos, el escenario no sea tan favorable, y se reduzca la rentabilidad de estas actividades (los productos son más caros, las tarifas aéreas también, pero lo peor es el tipo de cambio del peso con el dólar, por encima de 200, lo que encarece los aprovisionamientos).

De hecho, los mensajes que llegan de la Isla inciden que los últimos meses han sido muy complicados para este negocio y que el mercado informal donde se transaccionan los productos procedentes del exterior está muy tenso por la cotización alcanzada por el dólar, que se mantiene en máximos históricos. En el mercado informal, la venta en pesos cubanos es casi marginal, y la lucha por los escasos dólares que circulan en el interior del país, se ha intensificado. Además, estas importaciones no comerciales están siendo un cauce para la trasmisión a la economía cubana de los problemas de la economía mundial y el valor del dólar es un buen ejemplo de ello.

El mantenimiento del beneficio arancelario, que autoriza excepcionalmente, la importación sin carácter comercial, sin límites en su valor y exenta del pago de los aranceles de aduanas para alimentos, aseo y medicamentos, por la vía de la llegada de pasajeros como equipaje acompañado, se extiende ahora al caso de la Salud Pública, en concreto, a la importación de insumos médicos, que pueden ser aditamentos o equipos relacionados con el tratamiento a personas encamadas y el cuidado de la salud.

Ya se han lanzado las advertencias de que estos productos pueden acarrear riesgos para la población si se eligen y transportan de forma arbitraria, desde el Departamento Jurídico del Ministerio de Salud Pública, pero las autoridades no han cambiado su criterio.

Por ello, los productos autorizados no requieren regulaciones técnicas ni médicas y cuentan con aprobaciones específicas de control de la calidad del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos. En todo caso, dejar al ámbito de la importación no comercial el suministro de este tipo de productos al país, supone una clara dejación de funciones del régimen, que congela de este modo, la actividad en uno de los llamados “logros” de la revolución, la Salud, que se resiente de la falta de recursos presupuestarios básicos.

De ese modo, los cubanos van a tener que “resolver” con el negocio de las mulas, una serie de productos médicos como el denominado, material gastable, como la sonda, el catéter y otros relacionados con los cuidados a la salud, en muchos casos, de pacientes con enfermedades crónicas que tienen necesidades permanentes de atención. Asombroso.

La norma extiende el beneficio arancelario a las importaciones de alimentos, aseo, medicamentos e insumos médicos que se realicen por la vía de equipaje no acompañado, con un límite hasta 500 USD o el equivalente de 50 kilogramos. En este caso, a diferencia del equipaje acompañado, en el que los límites de las mercancías a importar están determinados por las condiciones de peso y dimensiones que regulan las aerolíneas, sí resultó necesario disponer ese límite.

Desde la Aduana General se informó que con esta medida se pretende aliviar la congestión o acumulación de equipajes y pasajeros en las terminales aéreas, facilitando el tráfico por estas instalaciones.

Asimismo, se autorizan de forma temporal envíos marítimos, aéreos y postales por encima del valor establecido (200 USD o su equivalente de 20 kilogramos), y hasta el límite de 500 o su equivalente de 50 kilogramos. Además, se ratifica la exención del pago de aranceles por los primeros 30 USD del valor o su peso equivalente hasta 3 kilogramos del envío, así como la aplicación al exceso de este, de la tarifa arancelaria aprobada del 30%. Esta medida permite la importación de mercancías que hasta el momento no podían realizarse como envíos, porque superaban los valores referenciales establecidos, tales como: ordenadores personales, televisores, refrigeradores, congeladores freezer, entre otros.

También se aprueba la exención del pago del impuesto aduanero de alimentos, aseo, medicamentos e insumos médicos que se importen sin carácter comercial por personas naturales como envíos aéreos, marítimos y postales, hasta un límite de 200 USD o su peso equivalente hasta 20 kilogramos en la relación peso/valor establecida por la Aduana General de la República. Para la aplicación de estos beneficios se mantiene la condición de que los artículos clasificados como alimentos o aseo, los medicamentos e insumos médicos que se importen como parte del equipaje del pasajero, así como los envíos, se presenten ante la Aduana en bultos separados del resto de los productos.

Aunque los dirigentes comunistas insisten en que estas medidas presentan un carácter no comercial para personas naturales, lo cierto es que su entrada en el país está siendo un alivio para complementar ingresos que son esenciales para llegar a fin de mes, a la vez que ayudan al pueblo a paliar la escasez y falta de estos productos, incluso a las mipymes y trabajadores por cuenta propia o arrendatarios de tierras, aun cuando estos tienen obligaciones concretas por otros mecanismos, como el modelo Malmierca. 

La denominada importación no comercial está funcionando como un sector económico dinámico, que genera rentas e ingresos, que gestiona sus propias necesidades de divisas y vende los productos dentro del mercado informal cubano, al margen del régimen, satisfaciendo las necesidades de los consumidores. Un espacio de actividad privada dentro de la indolencia comunista. Nadie tiene la menor duda que puede seguir funcionando y durante mucho tiempo.

Comentarios

  1. Seria necesario saber cuantos de los negocios privados pertenecen A miembros o exmiembros del actual gobierno o de las fuerzas armadas y de represión?
    Además si las posibilidades de poner un negocio de cualquier envergadura esta al alcance de cualquier cubano o solo los privilegiados del gobierno? También es necesario saber que garantías hay para un inversionista, si es que hay alguna? Y la habilidad de importar mercancías a Cuba esta controlada por el gobierno con sus recargos de costumbre?
    Elias por favor nos puede analizar y con testar estas preguntas?
    Muchas Gracias, Tony Costa

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