Mal año para los transportes en Cuba
Elías Amor Bravo, economista
Con la parsimonia a que nos tienen acostumbrados, empieza el
goteo de publicaciones de la Oficina Nacional de Estadística e Información,
ONEI, de Cuba para presentar los resultados sectoriales de la economía cubana
en 2020. Estamos en el mes de mayo, ha transcurrido casi la mitad de 2021.
Buena fecha para que estos datos, en su mayoría procedentes de registros ya
depurados a comienzos del año en curso, estén disponibles para el análisis.
Y así, nos encontramos con la publicación “Transportes-Indicadores
seleccionados enero-diciembre de 2020” que presenta los resultados de este
importante sector que, para los economistas, tiene una estrecha relación con el
clima general de actividad.
El sector transportes, almacenamiento y comunicaciones en
Cuba representó en 2019, último año que se dispone de datos del PIB, el 8,4%
del total de la producción nacional y generó 322.100 puestos de trabajo, el 7%
del total. Es uno de los sectores con mayor participación de actividad privada
y da servicio al resto de los sectores de la economía facilitando los
movimientos de las personas y de las mercancías. En una economía como la cubana
en que el transporte privado por medio de automóvil propio es inexistente, el
sector transporte cobra especial relevancia en términos de su proyección sobre
la economía.
Y si hay que empezar por algún sitio, nada mejor que hacerlo
por el transporte de mercancías que, con 85.271.800 toneladas ha experimentado
un descenso de un 3,8% con respecto al año anterior. El dato no es malo, pero
debe ser puesto en revisión y máxima cautela ya que tiene muy poco que ver con
las cifras ofrecidas en ejercicios anteriores en el Anuario estadístico de
ONEI, sección de transportes.
Allí, por ejemplo, en la edición 2019, se indicaba que el transporte de mercancías por empresas especializadas en dicho año ascendió a 59.014.500 toneladas, en tanto que, en la publicación antes citada, el dato es de 88.649.800 toneladas. Si se da por válido el dato del Anuario, resulta una discrepancia de un 49% en las cifras totales de 2019, que impide utilizar los datos suministrados por ONEI hasta que se aclaren los mismas.
¿Cuál es el dato
real que debe servir para dimensionar el transporte de mercancías en 2019?
Cabría señalar hasta que se produzca la oportuna aclaración,
en líneas generales que, a pesar de la pandemia, existió en la Isla un cierto
nivel de actividad relacionado con la circulación de mercancías, pero se
insiste en que tiene poco sentido documentar las tendencias del transporte
hasta que no se aclaren los datos de 2019.
Este resultado no esconde que la mayor parte de las
mercancías fueron transportadas por camiones, un 78% que es poco sostenible por
cuanto depende de la utilización intensiva de derivados de petróleo. Por su
parte, el ferrocarril con un 13% sigue muy por debajo de sus posibilidades. El
transporte marítimo de mercancías alcanzó solo un 7,7% y el aéreo es
prácticamente inexistente con sus bajas cifras.
Utilizando los datos facilitados en la publicación “Transportes”
y atendiendo a la mercancía transportada por camiones, y su desglose en
alimentos y materiales de construcción, se observa un comportamiento dispar
entre ambas cargas. Los alimentos descendieron un 2,5%, en tanto que los
materiales de construcción experimentaron un aumento del 12,9%, lo que
posiblemente debe guardar relación con las inversiones en el sector hotelero.
El ferrocarril, menos adaptado a dar servicio de proximidad registró, sin
embargo, un descenso en el transporte de materiales de construcción del 13,5%
en 2020.
Transporte marítimo y aéreo experimentan comportamientos muy
distintos cuando se desglosa el origen del tráfico. En cuanto al transporte
marítimo, su crecimiento se debió al cabotaje, con un aumento del 12,1%, en
tanto que el transporte internacional marítimo se redujo un 29,2% en 2020.
Estos resultados contrastan con la carga en transporte aéreo que, a pesar de su
insignificancia, el total fueron solo 6.800 toneladas, las procedentes del
mundo fueron las que aumentaron de forma importante, un 100% mientras que las
que se mueven en el interior de la isla cayeron un 50%.
Por lo que respecta al transporte de pasajeros, señalar que en este caso no se observan las discrepancias estadísticas antes señaladas con relación a las mercancías. El dato de 2019, tanto en el Anuario estadístico de ese año como en la publicación más reciente de Transportes, es coincidente. En ese año, el transporte de pasajeros fue de 1.899,9 millones. Teniendo en cuenta que el dato puede ser aceptado como válido, y que en 2020 la cifra registrada fue de 1.118,8 millones, durante el año de la pandemia se produjo en Cuba una disminución del 41,1% en el transporte de personas.
Un desplome intenso que
guarda relación con las medidas de confinamiento, pero también con la progresiva parálisis
de la actividad económica registrada en la Isla. La tendencia del transporte de viajeros en Cuba se
observa en el Gráfico 1.
Gráfico 1.-
Evolución del transporte de viajeros en Cuba
La secuencia temporal que se observa en el Gráfico 1
descubre dos hechos importantes. El transporte de pasajeros se ve especialmente
afectado por la pandemia del COVID-19 y los confinamientos para frenar su
expansión durante 2020. Pero, y esto es más importante aún, la crisis del transporte de viajeros en
Cuba había empezado en 2018, dos años antes, cuando declinó la cifra máxima
alcanzada en 2017. Los años 2018 y 2019 presenciaron descensos consecutivos en
el transporte de viajeros en Cuba que guardan relación con el clima de
deterioro cada vez mayor de la economía. Las autoridades permanecieron impasibles ante una situación en declive que era perfectamente previsible. ¿Por qué no reaccionaron? ¿Qué les llevó a no tomar en cuenta la situación en declive del sector?
Volviendo de nuevo al escenario de 2020, en los medios
convencionales, el transporte de viajeros cayó un 43,2%, 2 puntos porcentuales
por encima de la media, golpeando de forma intensa al transporte aéreo (-80%),
las cooperativas de transporte (-55,2%), el transporte marítimo de pasajeros
(-52,2%), pero también a los autobuses de uso público (-45,4%) o el ferrocarril
(44,1%). Los menos afectados fueron los ómnibus escolares (-37,4%) y los taxis
estatales (-28,4%). El transporte de pasajeros mediante ómnibus que concentra
la mayor parte de la actividad del sector (el 55% del total) registró un
descenso global del 43,5% con respecto a 2019.
Por lo que respecta a los otros medios, se produjo un
descenso del 38,1%, inferior a la media en 3 puntos porcentuales. En concreto, el
transporte en ómnibus a centros escolares y el realizado a los centros de
trabajo aguantaron el desplome general de actividad con descensos del 37,2% y
del 26,9%, respectivamente. Por el contrario, el transporte de pasajeros en los
ómnibus de turismo con un descenso del 46,4% refleja de forma objetiva la
magnitud alcanzada por la crisis del sector en 2020.
A la espera de que se aclare el resultado relativo al transporte de mercancías, 2020 marca un ejercicio especialmente negativo para el transporte en Cuba, con especial incidencia en los viajeros y algo menos en mercancías, donde las formas privadas, como las cooperativas no agropecuarias, han experimentado fuertes caídas de actividad. Los datos de tendencia indican que el sector comenzó su declive en 2018 sin que las autoridades adoptasen medidas para facilitar su recuperación. En ausencia de medidas, la actividad de transportes no volverá a registrar los niveles anteriores a dicho año.
Fuente: Informe Transportes 2020
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