¿Por qué hay apagones en Cuba?
Elías Amor Bravo, economista
Volvieron los apagones. Realmente, nunca se fueron del todo. Lo que ocurre es que los apagones que asolan el país tienen justo ahora una intensidad desconocida, y llegan en un momento en que la sociedad, empieza a experimentar el hartazgo hacia un gobierno que es incapaz de afrontar las consecuencias de la Tarea Ordenamiento sobre la economía nacional, y aprovecha cualquier oportunidad para echar todas las culpas al embargo o bloqueo. Y así, durante 62 años.
En estos términos se pronunció el ministro de energía y minas, forzado a comparecer en Mesa redonda para explicar los apagones. Y dijo que estaban provocados por unas averías en la calderas, la unidad número 1 de la termoeléctrica de Guiteras, así como por otras dos unidades fuera de servicio en la termoeléctrica de Santa Cruz del Norte y también por problemas en el puerto de Cienfuegos, entre otros. Lo mismo de siempre, recordaría cualquier cubano que empezó a padecer los apagones en la década de los años 60. Y desde luego, no dijo toda la verdad.
Averías, unidades fuera de servicio, son argumentos que preocupan a la gente porque nadie entiende que un sector en que se pagan los salarios más altos de Cuba no esté al tanto de posibles incidencias técnicas que alteren el suministro de electricidad. Lo que el ministro añadió después, con la boca casi cerrada y en bajito, si que causó más alarma a la gente, y a ello conviene referirse en esta nota porque es uno de los factores que ayudan a comprender lo que está pasando actualmente con el suministro de electricidad en Cuba: el ministro afirmó que se está trabajando con bajos niveles de inventario de combustible en algunas regiones.
Traducido al lenguaje popular, no hay petróleo para mover las centrales de producción eléctrica, y esto va a ir a peor conforme avance el año. Hasta ahora, el régimen no había reconocido esta carencia de petróleo, o lo había adjudicado a un supuesto efecto del embargo sobre los buques cisterna. En la Mesa redonda, el ministro anunció que uno de los buques que transporta combustible para la central termoeléctrica del Mariel se atrasó y no llegará hasta mañana a su destino. Ese combustible es destinado a las patanas, la generación móvil y a los motores de generación del Mariel.
Al final la crisis de Venezuela va a marcar el inicio del fin del castrismo, al menos en lo que respecta al sistema económico. No llega petróleo a Cuba desde 2016 cuando el régimen bolivariano empezó a incumplir con los suministros a la Isla a precios bajos. Después, los acontecimientos ocurridos en aquel país y su crisis terminal han hecho cada vez más difícil acercar el petróleo. Y Cuba, como no paga sus deudas, no tiene acceso a financiación para acudir a los mercados internacionales de petróleo. Consecuencia de todo ello, sin divisas porque no entran turistas, hay que dejar de comprar petróleo, y si se tiene que empezar por algún sitio, las centrales eléctricas pueden ser el primer paso.
La acumulación de sucesos, averías, unidades fuera de servicio, falta de combustible, problemas en los puertos, han sido el detonante, según el ministro, de la pérdida de 600 megawatts de potencia en la generación base del sistema. Pero hay más. Y el ministro no dijo nada al respecto.
Alguien habrá pensado si esto mismo ocurre en otros países, y cómo se resuelven estos problemas. Y sí, estos sucesos ocurren en todos los sistemas eléctricos, pero se atienden de forma rápida y eficiente porque se diseñan mecanismos de previsión e intervención que tienen como principal objetivo reaccionar rápido para atender los problemas cuando ocurren. Lo de la disponibilidad de petróleo va aparte, ya que es un bien intermedio que se tiene que comprar en el exterior, pero por la misma razón, otros países apuestan de manera efectiva por desarrollar energías renovables. En Cuba se habla mucho de esto, y del acuerdo de París, y de la lucha contra el cambio climático, etc., etc. Pero luego pasa que no llega el petróleo y a sufrir apagones.
El ministro se limitó a informar que se estaba trabajando de forma ininterrumpida para solucionar en el menor tiempo estas averías, pero no dijo cuándo se volvería a la normalidad, tal vez porque ello no será posible, y señaló que la avería principal en la caldera de Guiteras se había solucionado y que la central estaba empezando su proceso de arranque para volver a dar servicio, lo que debía ocurrir en la noche y madrugada de hoy. De las otras dos unidades afectadas en la termoeléctrica de Santa Cruz, no se pudo trasladar un mensaje tan optimista. Averías y más averías, pero nada del problema real.
De modo que cerró su intervención anunciando que la electricidad es una "política del estado y del gobierno" que tiene como principal objetivo no afectar a la población en un servicio tan esencial como es el suministro de electricidad, y volvió a referirse a la grave situación económica del país y los efectos provocados por el bloqueo al sector energético nacional, orillando las causas reales de esta situación.
Sus palabras fueron justificadas por su viceministra en la Mesa redonda, que dijo que se ha adoptado un conjunto de decisiones para el sector estatal, que son medidas que forman parte de los planes de los consejos energéticos en cada territorio. Se pretende con ello, cumplir la política de afectar en lo menor posible al pueblo, de modo que todas las restricciones en el consumo de electricidad se concentran en el sector estatal.
Y añadió al respecto que "la población no tiene medidas restrictivas para el consumo de electricidad", y sin embargo son víctimas de los apagones, que causan gran alarma y preocupación. Por ello, la viceministra volvió a destacar la necesidad de que la población también ahorre desde sus hogares y el apagado del alumbrado público encendido innecesariamente y a otras acciones que contribuyan a la eficacia energético lo que provoca esa imagen de ciudades oscuras que causan gran preocupación a la población.
Mucha gente debió pensar que para tratarse de una "política de estado y de gobierno", los apagones están ahí, como una demostración evidente del fracaso. El ministro y su viceministra no explicaron el origen real del problema y en ningún momento dijeron que la Tarea Ordenamiento incrementó de forma espectacular los precios de la electricidad y el gobierno no tuvo otro remedio que rebajarlos y financiar la diferencia con cargo al presupuesto del estado, lo que implica más déficit. El verdadero responsable de los apagones, aunque nadie lo quiere decir.
Curiosamente, el ministro no dijo nada de esto en la Mesa redonda y perdió una oportunidad para explicar cuál es realmente el origen del problema, que se oculta a la población de forma deliberada. El primer intento de acercar los precios reales de la electricidad a las tarifas tropezó con el rechazo masivo de una población de muy bajo poder adquisitivo que no está en condiciones de pagar por precios más elevados. Producir electricidad con costes superiores a los ingresos por la venta de los servicios y requerir financiación estatal para sobrevivir no es sostenible y es el origen de unos niveles de ineficiencia en la gestión del servicio eléctrico por el estado intervencionista que está en el origen histórico de los apagones.
Mal asunto. Los apagones seguirán mientras no se resuelva este problema, que es el principal, y lo que es peor, la carrera abierta de más gasto público, más déficit y peor calidad del servicio va a continuar si no se resuelve el problema ¿Hay alternativa? Por supuesto que sí.
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