Obispo y Aguacate: el comienzo de algo importante
Elías Amor Bravo, economista
Los lectores de este Blog saben que trata de asuntos
económicos relativos a Cuba. Proponemos un análisis objetivo de los problemas y
ofrecemos soluciones prácticas para los mismos, y así diez años llegando
puntualmente a la actualidad.
Pero hoy, 1 de mayo de 2021, vamos a dedicar este espacio
a sucesos que han ocurrido ayer en La Habana, y que ya veníamos planteando desde hace
tiempo. Un grupo de ciudadanos libres se ha echado a las calles de la Habana
Vieja para realizar una protesta en la intersección de las
calles Obispo y Aguacate, en la que han exigido a las autoridades, allí
presentes, el acceso a la vivienda donde Luis Manuel Otero Alcántara se encuentra
en su quinto día de la huelga de hambre.
Al parecer, según diversas fuentes, el artista se
encuentra solo, aislado, rodeado por un amplio operativo militar que abarca
varias cuadras a la redonda, sin que se permita el contacto con familiares,
amigos, ni tampoco la recepción de asistencia sanitaria o religiosa. La
situación es cada vez más complicada porque Luis Manuel no quiere hablar como
consecuencia de la debilidad que sufre.
Lo que estamos viendo en Obispo y Aguacate es algo muy importante, es un estallido social
espontáneo que quiere ver libre a Luis Manuel Otero, gente que está preocupada por
su vida, y eso es comprensible. La muerte ha causado estragos a muchos cubanos
que han realizado huelgas de hambre frente al régimen comunista, ante la indolencia
de este. Pero no conviene creer que estamos ante un evento más, con un desgraciado
desenlace final, porque los años pasan, los gobiernos cambian y, sobre todo,
los que están al frente no son los mismos, ni nada que se les parezca.
Para empezar, el régimen está actuando de forma
incorrecta. Enviar agentes de la seguridad del estado, paramilitares y matones
de la seguridad del estado vestidos de paisano a reprimir un estallido social
espontáneo como éste, no hace otra cosa que encender la llama para futuros
eventos similares. Que volverán, y posiblemente con más intensidad.
Creer que este tipo de manifestaciones sociales se
pueden reprimir es no reconocer la realidad de los hechos que están ocurriendo
en tiempo real. La protesta para reivindicar
a Luis Manuel Otero es real, pero no cabe la menor duda que detrás de estos
movimiento sociales existen poderosas razones que han sido bien descritas por
el Clero de Camagüey en un escrito dirigido a las autoridades que acaba de ser
divulgado en las redes sociales.
Razones que explican por qué el Movimiento San Isidro
ha tenido apoyos entusiastas a pesar del oscurecimiento de las autoridades en
la prensa oficial, o por qué los cubanos cantan con libertad, Patria y Vida,
que se ha convertido en una referencia popular en las protestas. El régimen cree
que estos movimientos espontáneos se pueden sofocar con represión. Se equivocan.
Cierto es que la participación de activistas en los mismos es incuestionable, pero
no lo es menos que la gente se adhiere con absoluta intensidad, cada vez tiene
menos miedo, y muestran una actitud no violenta ante una represión oficial que
está provocando más y más adhesiones a las protestas. Es como si se hubiera
encendido la pólvora y nadie puede sofocar la gran explosión que viene.
Que algunos cubanos gritaran en los sucesos de la Habana
Vieja, "¡Somos más que ellos!", es algo que a los corresponsales de
la prensa extranjera en Cuba no les habrá pasado desapercibido. Como tampoco la
violencia de la represión de las autoridades, y sobre todo de los agentes de
paisano, que colocaban esposas, detenían con una fuerza inusitada e introducían
por la fuerza a los activistas dentro de los coches oficiales de la policía, en
una clara demostración de complicidad entre la policía y los cuerpos de
paisano.
Los sucesos duraron bastante tiempo, y mientras ello
ocurría, los cubanos desplegaron sus teléfonos móviles, difundiendo en tiempo
real lo que estaba ocurriendo en aquel momento en La Habana Vieja, esto no
ocurría en el pasado, y a pesar de que se puedan practicar desconexiones, en el
futuro, la información llegará con la misma rapidez y el mundo podrá ser testigo
de la violencia del régimen castrista, que quedará despojado de cualquier imagen
(ya se han dado los primeros pasos en el parlamento europeo, y Biden sigue
siendo prudente y todos estos acontecimientos violentos pesarán en la toma de
decisiones hacia Cuba).
El responsable del régimen es ahora Díaz Canel. Ni siquiera Raúl Castro, que ya se jubiló. Existen dudas sobre las capacidades del dirigente comunista para hacer frente a un escenario de estallido social, que puede alcanzar dimensiones mucho más intensas que las que ocurrieron durante el llamado “maleconazo”. Los instrumentos y herramientas del régimen para hacer frente a un escenario de protestas sociales generalizadas están agotados por la propia aplicación de la Tarea Ordenamiento, que sigue dando tumbos como el boxeador que busca la toalla.
En vez de rectificar errores, el régimen comunista actúa con más represión, no llegarán muy lejos.
Esta vez, según algunos medios, los detenidos han sido, entre otros, Thais
Mailen Franco, Esteban Rodríguez, Douglas Batista, Lara
Yumila, Mary Karla Ares, Nancy Vera, Yuisan Cancio
Vera, Luis Ángel, Inti Soto, Félix Modesto Valdés, Carolina
Barrero, Joe Luis Cerutti, Maykel Castillo (Osorbo), Héctor Luis
Valdés, Félix David Estévez y Leonardo Romero. Varios de ellos se
encontraban en la protesta de Obispo. Otros fueron detenidos al salir de sus
viviendas para dirigirse a visitar a Luis Manuel, incluyendo Castillo y
Barrero. Después del 30 de abril de 2021 nada volverá a ser igual.
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