No hay modelo neoliberal amenazando a Cuba
Elías Amor Bravo economista
Desde luego, lo que no se puede hacer es desinformar a la gente. Y mucho menos, engañar. Este blog nació para cuestionar el funcionamiento del modelo social comunista que ha destrozado la economía cubana desde 1959. Y, desde el régimen, después de haber visto que no hay presente ni futuro en Cuba con ese modelo, todavía se insiste en atacar un supuesto modelo neoliberal, al que se presenta como responsable de todos los males.
Esto es lo que se pretende apuntar en un artículo en Granma titulado “Tristes lecciones de la economía neoliberal”. Quien escribe este texto, culpa al modelo neoliberal del proceso de paridad del dólar con el euro, un suceso que ha despertado no poco interés a nivel mundial, sobre todo porque no ocurría desde 2002.
La cuestión es que el aumento del valor del dólar y su correlato en la caída del euro tienen poco o nada que ver con el supuesto modelo neoliberal que de vez en cuando se saca a pasear por los defensores del régimen comunista cubano.
La paridad entre las dos divisas ha llegado en un momento en que la inflación sacude en mayor o menor medida a todos los países del mundo. Y aquí viene la idea que subyace al artículo de Granma. Los dos problemas según Granma son consecuencia del modelo neoliberal y de personas que toman decisiones, más allá de las políticas.
En realidad, si se analiza con detalle el origen de esta situación se puede entender mejor lo ocurrido que si se recurre a lanzar críticas contra un modelo de funcionamiento de la economía que poco o nada tiene que ver con lo ocurrido.
Primero, la inflación. Este es un fenómeno que ya comenzó el año pasado, si bien con menos fuerza que ahora. El despertar de la crisis de la pandemia llevó a numerosas familias y empresas a recuperar el tiempo perdido por los confinamientos, disparando el gasto. La oferta no pudo reaccionar con suficiente velocidad tras el parón de casi un año, y la crisis de los chips y los fletes marítimos desde China se encargaron del resto.
Pero la inflación no se
puede explicar solamente con este fenómeno espontáneo propio de la economía de mercado.
Para entender qué hizo que los precios empezaran a subir con rapidez hay que
contemplar la actuación seguida por los bancos centrales que, a causa de la
pandemia, decidieron abrir los grifos monetarios en todos los países, financiando, sobre
todo, las aventuras fiscales expansionistas de los gobiernos. Y claro, este comportamiento
tiene muy poco de neoliberal y mucho de intervencionismo a favor del estado.
Después a comienzos de 2022, con los precios subiendo en todas partes, y el dinero abundando, la invasión rusa de Ucrania acabó por asestar un golpe de muerte a los mercados de alimentos, materias primas y energía, sobre todo en Europa, lo que trasladó de forma inmediata el impacto a los países emergentes y los menos desarrollados. La amenaza de crisis de hambrunas apareció como una posibilidad. La ruptura de los equilibrios de los mercados empujó la inflación al alza hasta los niveles actuales, desconocidos en casi 40 años. Todo ello en las antípodas de un supuesto modelo neoliberal.
Entonces, el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos decidió actuar con rapidez, elevando los tipos de interés en marzo, para controlar la inflación, no solo de precios al consumo, sino de precios industriales, de precios de exportación e importación, de precios de energía, materias primas, bienes de equipo, etc.
Sin embargo, su homólogo el Banco Central europeo, preocupado por los desiguales déficits públicos y niveles de endeudamiento de los 27 países de la Unión, decidió aplazar cualquier decisión de control monetario y evitar así comportamientos indeseables de las primas de riesgo. A resultas de ello, que tiene poco de neoliberal, el dólar inició una escala atrayendo capitales a Estados Unidos para obtener beneficios de la desigual retribución de los bonos, y con ello, en tres meses alcanzó el valor del euro y lo que según muchos analistas creen, lo aventajará en un horizonte no muy lejano si se confirman los temores a una recesión de las economías. Si, desde luego, todo muy neoliberal para Granma.
Pues bien, atribuir los aumentos de precios y la consiguiente ruptura de los equilibrios en los mercados al modelo neoliberal no solo es injusto, es que es mentira y falta a la verdad. Mucho mejor le habría ido a la economía mundial si en vez de tanta intervención gubernamental y de bancos centrales, se hubiera dejado actuar a los mercados para corregir los excesos. La oferta tal vez habría reaccionado al cabo de un tiempo provocando que los precios dejaran de aumentar. Pero ello pertenece al pasado y ahora lo que toca es salir de este agujero.
Por ejemplo, el caso de la economía de Cuba. En 2021, sin relación alguna con la economía mundial, los dirigentes la metieron en un círculo vicioso de inflación, 77,3% a finales de año y de estancamiento económico (aún no se conoce la evolución del PIB en 2021, pero todo apunta a que fue un mal año) y esto no ocurrió por causa del modelo neoliberal, sino de la llamada tarea ordenamiento, un programa de política económica impuesto al régimen por el partido comunista en su congreso de mediados de año.
El balance es conocido. La economía de Cuba se encuentra todavía inmersa en una inflación de las más elevadas de América Latina, un 26% en mayo, tres veces más elevada que la de Estados Unidos, y la economía sigue sin remontar a tenor de algunas informaciones publicadas.
El neoliberalismo tiene poco que ver con lo que ocurre a la economía mundial en este momento, pero en Cuba el modelo comunista de la constitución de 2019 es responsable directo del caos económico de apagones, precios al alza, escasez generalizada, parálisis productiva, colas, etc. Es casi seguro que, a Cuba, a su economía, le iría mucho mejor aplicando los principios de libertad económica, protección a los derechos de propiedad privada, acumulación, rentabilidad y libertad de elección que cuestionan en Granma.
La economía de mercado moderna no se basa en modelo neoliberal alguno, en realidad la libertad económica es perfectamente compatible con el progreso y el bienestar social de todos, por medio de la inversión en educación, salud, infraestructuras públicas o necesidades sociales, gracias a que el modelo de la economía de mercado libre consigue que los estados sean eficientes y gestionen de forma adecuada los impuestos que recaudan en la población.
No hay modelo neoliberal amenazando a Cuba. Los cubanos tienen que saber que todo esto que les cuentan en Granma son patrañas y mentiras que escapan del sentido común. Los países de Europa del este. que se deshicieron de la miseria del comunismo tras la caída del muro de Berlín, son ahora democracias prósperas que nada recuerdan a aquellos regímenes de terror del pacto de Varsovia.
El mundo libre ha
cambiado mucho, y los cubanos deben saber que ellos también serán recibidos con
los brazos abiertos por la libertad. Es la única forma de dejar atrás para
siempre el bloqueo interno impuesto por el modelo social comunista castrista..
Comentarios
Publicar un comentario