¿Qué ocurrió con el empleo y los salarios en la economía cubana en 2021?

Elías Amor Bravo economista

En el lento goteo de los datos de la economía cubana en 2021 que se está produciendo este año, ahora toca el turno del empleo y los salarios. Y dada la importancia que tienen estos indicadores de la economía, lo que se puede concluir es que el pasado año la evolución de ambos no ofreció motivos de alegría a los dirigentes comunistas cubanos.

El empleo tuvo un año muy negativo.

A falta de los datos de población activa y tasa de actividad, o de desempleo, que no han sido publicados, la población en edad laboral, que en el caso de Cuba corresponde a la población masculina de 17 a 64 años y a la femenina de 17 a 59 años, alcanzó un total de 7.051.300 personas, pero experimentó un descenso del -0,6% respecto a 2020.

De igual modo, la población ocupada se situó en 4.619.100 personas y también registró un descenso en 2021 del -0,5%. Los datos no son buenos e indican que el comportamiento de la economía en términos de empleo no fue positivo.

Otro aspecto que llama la atención con respecto al comportamiento del empleo en 2021 es la distinta evolución registrada por el estatal y el no estatal.

El empleo estatal se situó en 3.120.600 personas, el 68% del total, registrando un aumento del 0,85% respecto del año anterior. Por el contrario, el empleo no estatal que se situó en 1.498.600 personas con un descenso del -3,2%. Este desigual comportamiento del empleo indica que la economía en 2021 funcionó con mayor dinamismo en las actividades del sector presupuestado financiadas vía déficit y endeudamiento, en tanto que el sector privado redujo su contribución al PIB.   

Las distintas entidades que conforman el sector no estatal experimentaron un año muy complicado en términos de actividad y empleo. Así, por ejemplo, las cooperativas, en conjunto, redujeron el empleo un -8,4%, siendo el descenso en el caso de las agropecuarias del -8,1%, en tanto que en las cooperativas no agropecuarias la reducción del empleo fue el doble, -17,2%. La cifra de empleo en el trabajo por cuenta propia también se redujo -1,1%. El empleo en el sector estatal se mantuvo y creció el ya señalado 0,85%.

Indicadores que confirman que la dureza de la crisis experimentada por la economía cubana en 2021, y sus dificultades para salir de la recesión iniciada en el segundo semestre de 2019 están afectando con mucha mayor intensidad al sector estatal que al no estatal, y que los planes del régimen para el fomento de las iniciativas privadas no dan los resultados. 

La iniciativa de las mipymes, a pesar de que entraron en vigor a finales de año 2021, puede ser una salida limitada para corregir estas tendencias que, en absoluto indican que la economía se esté deshaciendo de las restricciones del modelo social comunista.

El análisis de la evolución del empleo por ramas de actividad permite identificar mejor cuál ha sido el comportamiento de la economía en su conjunto.

No deja de ser curioso que la actividad que registró el mayor aumento del empleo en 2021 fue justamente la dedicada a la construcción de hoteles, los “Servicios empresariales, inmobiliarias y alquiler”, con un 32,59% más de empleos y que concentra el 2,12% de los ocupados. Le sigue, a cierta distancia, la “Pesca” (22,11% más de empleados) que ha tenido un año favorable, pero que tan solo supone el 0,7% del empleo de la economía.

Otras actividades con crecimientos de la ocupación en 2021 fueron “Administración pública defensa, seguridad social” (el aparato de represión del estado) un 5,68% más, la “Salud pública” (financiada con gasto y déficit estatal) 4,52% más, “Ciencia e innovación tecnológica” (el compromiso político de la tesis doctoral de Díaz Canel) 1,8% y “Educación”, 1,11%. 

Todas las actividades financiadas vía decisiones políticas de partido, utilizando los créditos del presupuesto estatal, hicieron crecer el empleo y llegaron a concentrar entre todas ellas, el 29,69% del total, casi 1 de cada tres empleados. El presupuesto estatal se echa sobre las espaldas el sostén del empleo en la economía y el funcionamiento de esta. Una situación anómala y ajena a la que ocurre en el resto de los países del mundo.

Por el contrario, 12 ramas de actividad registraron descensos del empleo entre 2020 y 2021, siendo el de mayor cuantía el de “Transporte, almacenamiento y comunicaciones”, -8,7% confirmando así el deficiente ejercicio en transporte de pasajeros y mercancías que no se pudo compensar con la actividad de la telefonía e internet de las comunicaciones.

La “Construcción”, tan necesaria, sobre todo, de viviendas, vio disminuir el empleo -5,6%, y dentro de las actividades del sector presupuestado, “Cultura y deportes”, tan apreciada por el régimen en su propaganda mundial, redujo el empleo -5,64%.

En el caso de la “Agricultura y ganadería”, el empleo se redujo un -3,49%, e incluso en “Hoteles y restaurantes” lo hizo en un -2,08%. El conjunto de actividades que experimentaron reducciones del empleo supuso entre todas el 67,5% del empleo total de la economía, siendo en la “Agricultura y ganadería” donde se alcanzó el porcentaje más elevado de empleo sobre el total, un 16,77%.

Los datos de empleo certifican el deficiente estado y evolución de la economía cubana en 2021, sostenida por la expansión del gasto público, el déficit y el endeudamiento presupuestario, en tanto que las fuentes privadas de actividad y empleo siguieron con signos negativos apuntando a un escenario de recesión. El año de aplicación de la tarea ordenamiento ha supuesto una grave afectación para el empleo en la economía.

Por otra parte, los salarios son una variable fundamental para explicar el comportamiento de cualquier economía. Más aun en la cubana, donde el modelo social comunista los convierte, junto a las pensiones, en la fuente principal de ingresos para amplios sectores de la población, privados de otros derechos de propiedad susceptibles de generación de rentas y dividendos. Al mismo tiempo, son el componente principal del gasto familiar si bien, el modelo de reparto y distribución normada intervencionista del estado los hace inútiles en muchos casos para acceder a los bienes y servicios que se precisan y que no están disponibles en los establecimientos oficiales.

Desde esta perspectiva, había ciertamente interés por analizar el impacto de las medidas salariales y de unificación monetaria de la Tarea ordenamiento sobre los salarios de los cubanos. De acuerdo con la ONEI, el salario medio se define como el importe de las retribuciones directas devengadas como promedio por un trabajador en un mes, y, por tanto, se determina dividiendo el salario devengado en un territorio y período determinados entre el promedio de trabajadores y lo obtenido se divide entre el número del mes que se esté analizando.

Según esta definición, en 2021, con la entrada en vigor de la unificación del CUC y el CUP, el salario medio de los cubanos se situó en 3.830 pesos, con un incremento del 220% con respecto al devengado en 2020. A final de año, la tasa de inflación interanual conviene recordar, fue un 77,3%. Un alza salarial de estas dimensiones debería tener un efecto inmediato en la mejora de las condiciones de vida y prosperidad de los cubanos, y, sin embargo, es difícil encontrar un solo indicador que lo atestigüe. La conversión monetaria del ordenamiento ha generado no pocos problemas a la hora de trabajar con las variables de la economía.

La magnitud del aumento salarial de la tarea ordenamiento no tiene parangón en años anteriores. Como se observa en el Cuadro 1, la expansión de salarios de los dos últimos ejercicios no tiene que ver con la evolución errática desde 2010.

Cuadro 1.- Dinámicas salariales en la economía cubana

 

Acumulado %

Promedio %

2010 a 2018

59,3

7,4

2019 a 2021

269,7

89,9


Entre los años 2010 y 2018 los salarios crecieron en la economía cubana un 59,3% acumulado, equivalente a una media anual del 7,4% según los datos de la ONEI. Sim embargo, en los últimos años, entre 2019 y 2021, los salarios aumentaron un 269,7% acumulado y crecieron a un promedio anual del 89,9%. No hay economía que pueda permanecer ajena a estas tendencias anómalas. La expansión de salarios nominales producida en los últimos años tiene buena parte de la responsabilidad de los problemas creados en la economía cubana.

Por lo pronto, los aumentos de salarios sin contrapartida de productividad suelen provocar aumentos de los costes unitarios de producción que tienen consecuencias inflacionistas y pérdida de competitividad a la economía. A la espera de las magnitudes de la contabilidad nacional, es casi seguro que los datos se encuentren afectados por esas correcciones de la tarea ordenamiento.

Más grave aún es cuando las empresas no pueden trasladar esos aumentos de costes salariales a los precios, como consecuencia de los controles de precios, precios centralizados o topados, en cuyo caso, la alternativa es dejar de producir, y disminuir la oferta, lo que. en presencia de una demanda latente, aumenta los precios.

Al analizar los salarios medios en las distintas actividades productivas, se observan notables desigualdades en la economía estatal de planificación central de la que presumen los comunistas cubanos. Diferencias en los aumentos anuales y en los niveles salariales con relación a la media.

Los aumentos de salarios en 2021 oscilaron entre el máximo del 411,7% registrado en “Hoteles y restaurantes”, donde la gestión privada tiene una mayor incidencia en la actividad económica, al mínimo de “Construcción”, con un aumento de 112,1% inferior a la media en un 50% lo que indica un notable empobrecimiento relativo de los trabajadores de este sector con relación a la media, pero si se compara con los que trabajan en “Hoteles y restaurantes” el diferencial aumenta a un 72%.

Por otro lado, los niveles salariales con respecto a la media oscilaron entre el máximo de “Explotación de minas y canteras”, doble de la media, 201, al mínimo de “Servicios comunales, sociales y personales” con un 13,1% por debajo de la media, índice 86,9, muy cerca del que registra la “Agricultura y ganadería”, 87,5.

Combinando ambos indicadores el análisis ofrece datos interesantes.

Como ya se ha señalado, el mayor aumento salarial por ramas de actividad se presentó en “Hoteles y restaurantes” (411,7% casi el doble que la media de toda la economía) una actividad en la que el nivel salarial con respecto a la media fue de 96,5, lo que implica que la retribución media es un 3,5% inferior a la de toda la economía.

En “Comercio reparación efectos personales” los salarios crecieron intensamente (309,9%), siendo de nuevo el nivel salarial de esta actividad del 91,7, un 8,3% inferior a la media de toda la economía. La coincidencia de los más elevados aumentos de salarios con niveles inferiores a la media hacía pensar que el planificador central pretendía conseguir una cierta igualación de salarios al alza. Nada de eso fue así.

La actividad de “Transporte almacenamiento y comunicaciones” experimentó un crecimiento de los salarios del 291,8% y, sin embargo, su nivel salarial ya estaba en 111,9, casi un 12% más que la media de toda la economía.

Y otro tanto cabe señalar de “Explotación minas y canteras” que creció los salarios un 288,2%, en tanto que el nivel salarial que se paga en esta actividad es el doble que la media, 201.

Por lo que respecta a “Pesca” con un aumento de salarios del 274,9% también se situaba a un nivel medio de un 9,7% por encima de la media de la economía.

Por último, “Suministro electricidad gas y agua” con un aumento del 227,8% en los salarios registró un nivel salarial un 18,3% superior a la media.

En el lado opuesto, los menores aumentos de salarios en 2021 se presentaron en “Construcción” (112%) y aquí el nivel salarial con respecto a la media fue apenas un 2,6% superior.

En el caso de la “Industria azucarera”, inmersa en una grave crisis estructural, los salarios aumentaron un 136,9% en tanto que el nivel salarial fue de 3,9% por debajo de la media. En la actividad de “Intermediación financiera” los salarios aumentaron un 154,6% con un nivel salarial de un 4% por encima de la media y en la “Agricultura y ganadería” con un aumento de salarios de un 221,5% se registró una de las más bajas relaciones salariales con respecto a la media, quedando un 12,5% por debajo, solo rebasada por Servicios comunales y sociales, donde el nivel salarial es 13,1% inferior a la media.

Las desigualdades salariales también se pueden medir en el territorio. Curiosamente, el nivel salarial de Holguín se situó un 3,7% por encima de la media, seguido de Pinar del Río con un 2,3%, La Habana con 1.9% y Villa Clara con 0,6%. Los niveles más bajos respecto de la media se presentaron en Mayabeque, 4,5%, Artemisa un 3% y Matanzas, 2,9%. De modo que la distancia máxima se presentó entre Holguín y Mayabeque y se concretó en un 8,5%. Un cubano que se ocupe en la misma ocupación en Holguín que en Mayabeque puede llegar a ganar un 8,5% más.

Cuando estos datos se combinan con los aumentos salariales provinciales, las diferencias son más escandalosas y vienen a confirmar lo ya expuesto sobre niveles de salarios. Entre 2020 y 2021 el aumento salarial más intenso se produjo en Holguín con un 259,6%, seguido de Santiago de Cuba (242,1%) y de Pinar del Río con 241,9%. Las dos provincias de mayor nivel salarial respecto de la media son las que experimentaron mayores aumentos de salarios. La Habana y Villa Clara, sin embargo, se descolgaron de este grupo, ya que en estos territorios los aumentos de salarios fueron inferiores a la media.

La notable diversidad de los aumentos y niveles salariales entre las distintas actividades económicas y territorios de la nación hace difícil resolver un sudoku que ha sido creado por los dirigentes comunistas y sus políticas falsamente igualitarias y que tiene consecuencias negativas en la articulación y normal funcionamiento de la economía.

Que un cubano que trabaje en la actividad de “Explotación de minas y canteras” gane no ya el doble, sino 2,3 veces más que el que presta sus servicios en las actividades “Comunales, sociales y personales”, dice muy poco del modelo de planificación comunista y crea no pocas desigualdades e injusticias que luego de trasladan a la eficacia general del sistema económico. Que un cubano medio que resida en Holguín reciba salarios superiores en un 8,5% a los que se pagan en Mayabeque, dice aún menos del modelo económico y social. Los aumentos salariales lejos de mejorar las condiciones de vida de la población, las distorsionan y desde luego crean no pocas dificultades a las empresas. El modelo comunista también ha fracasado en materia de salarios.

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