¿Para qué sirven las medidas anunciadas por el ministro Gil?

Elías Amor Bravo economista 

Con gran alborozo la prensa comunista cubana ha lanzado campanas al vuelo con las 75 medidas aprobadas por el régimen con el objetivo de recuperar la economía cubana. Unas medidas que, según el ministro de economía y planificación, Gil van dirigidas a dos objetivos en uno solo: incrementar los ingresos en divisas y aumentar y diversificar las exportaciones. Otra cosa es que sirvan para ello.

Pues no. Hay que señalar que estas medidas, salvo contadas excepciones, van a pasar sin pena ni gloria y volverán a dejar la sensación de déjà vu, y de tiempo perdido a la que nos acostumbran los comunistas cubanos. Ayer en la sesión de la Asamblea nacional en la que el ministro Gil presentó estas medidas, más de uno recordó al célebre Marx, no al autor del capital, sino al hermano cómico, Groucho, que dijo aquello de “estos son mis principios, y si no le gustan tengo otros”. El ministro daba esa misma impresión.

La economía cubana se encuentra en una grave y profunda crisis provocada por la obsolescencia de modelo económico y social comunista que el régimen se empeña en mantener a toda costa. No está para juegos. Y realmente si se quiere salir del círculo vicioso, hay que poner luces largas y acometer reformas estructurales y valientes que dejen atrás 63 años de ineficiencia e incompetencia burocrática e ideológica.

Si esto no se hace, de nada sirven las medidas de tipo parche, que se van adoptando para ganar tiempo. Algunas de las medidas anunciadas son llamativas, como esa identificación de todas las posibilidades para incrementar los ingresos en divisas e implementar las acciones que correspondan. ¿Es que acaso no han tenido tiempo y voluntad para hacerlo durante tantos años? O la otra, que pretende impulsar las producciones nacionales, industriales y agropecuarias para sustituir importaciones en el turismo. ¿No parece más adecuado impulsar la producción para atender primero, y de forma prioritaria, la demanda interna? ¿En qué mente cabe anteponer la obtención de divisas a generar prosperidad y beneficios para los nacionales?

Con este espíritu, el ministro fue desgranando las medidas y al efecto señaló con cierto tono triunfal “que ahora mismo tenemos una recuperación del turismo, y hay que evitar importar más de lo que tenemos que importar si la industria no puede seguir ese crecimiento del turismo”.

Y volvió, a insistir en el objetivo principal, “hay que incrementar los ingresos en divisas, pero mantenerlos en el país” (las arcas del estado deben estar vacías) al tiempo que anunció un programa para disminuir de forma gradual el déficit presupuestario y alcanzar el equilibrio financiero interno del país, sin mencionar el término correcto que es “consolidación fiscal”. Por vez primera, los comunistas cubanos reconociendo que es imposible afrontar la inflación, si no se resuelve la magnitud del déficit fiscal. En ese sentido, tras reconocer que la cifra de empleo en el sector presupuestado está por encima de su nivel, señaló un conjunto de medidas para impulsar el escenario económico nacional y su reflejo en lo social. Medidas que se pueden organizar, a pesar de sus notables diferencias, en al menos cuatro grupos singulares.

Un primer grupo de medidas que se podrían definir como “comunistas” ortodoxas, van destinadas a calentar el partido, y en buena medida a acallar el malestar social, pero con escaso o nulo impacto en términos de bienestar y prosperidad. Entre ellas, están:

  • Continuar consolidando el trabajo en los barrios. 
  • Organizar la utilización del transporte estatal en apoyo al transporte público de pasajeros. 
  • Evaluar la pertinencia de reactivar el movimiento de microbrigadas como alternativa para avanzar en la solución de las necesidades de la población.
  • Ajustar los planes de actividades en función de disminuir la presencialidad, minimizar las reuniones y reducir gastos. 
  • Retomar las jornadas productivas con la participación del pueblo, contingentes para producir alimentos donde sea adecuado y rentable.

Un segundo grupo de medidas apuestan por un refuerzo de la intervención y control del gasto público, con efecto directo en el déficit y el sector presupuestado. Entre ellas,

·  Implementar medidas para incrementar la captación de ingresos en los municipios. 

  • Redimensionar el sector presupuestado.
  • Perfeccionar la identificación, selección y atención priorizada a las personas, familias, hogares y comunidades en situaciones de vulnerabilidad con protocolos integrales de actuación y frenar la reproducción de patrones de comportamientos negativos. 
  • Evaluar los sistemas de bonos para las personas en situación de vulnerabilidad. 
  • Incrementar la cría de especies no dependientes del pienso, en estanques de agua en tierra, para su desarrollo y ceba.
  • Estimular que las empresas estatales, a partir de sus utilidades, dediquen financiamiento a la construcción de viviendas para sus trabajadores. 
  • Incorporar en los análisis de los consejos energéticos a los nuevos actores económicos altos consumidores del sector no estatal.
  • Incrementar la producción y empleo de biocombustibles, del biogás, de las emulsiones de combustible en la transportación, elaboración de alimentos y generación de energía, y el incremento de la producción en la medicina natural.

Un tercer grupo de medidas van dirigidas a interferir en la entrada de divisas a la economía nacional. propiciando su centrifugación hacia las arcas del estado. Cabe citar:

  • Implementar un nuevo esquema de acceso y asignación de las divisas para las entidades estatales y mixtas.
  • Continuar ampliando el esquema secundario de asignación de divisas para actores económicos estatales y no estatales. 
  • Incrementar el surgimiento de mipymes estatales orientadas a la exportación.

También, en cuarto lugar, hay medidas específicas para las empresas y nuevos actores económicos, como, por ejemplo,

  • Avanzar en la constitución de empresas mixtas estatales-privadas.
  • Establecer el marco regulatorio para la inversión extranjera con el sector no estatal.
  • Estimular desde las nuevas formas de gestión no estatal el desarrollo de servicios de tintorería, lavatines, servicios de alimentación ligera para llevar y otros de apoyo a las familias.
  • Estimular el comercio electrónico. Autorizar al Grupo Empresarial Correos de Cuba el comercio electrónico transfronterizo en la modalidad de importación-exportación. 
  • Se comercializarán en el país productos ofertados por proveedores en el extranjero y nacionales, bajo la modalidad de ventas en consignación.
  • Estimular la venta de paneles solares tanto a personas naturales como jurídicas. Evaluar la factibilidad de las medidas ya aprobadas que no han tenido el resultado esperado.

Y en particular, en quinto lugar, el paquete singular más destacado para fomentar la importación de bienes por las personas naturales incluye una serie de medidas entre las que se citan,

  • Definir el carácter no comercial de la importación de las misceláneas por su valor y peso y por la diversidad de los artículos a importar, y no por las cantidades físicas. 
  • Incrementar la cantidad permitida a importar de algunos artículos. Por ejemplo: celulares, computadores, tabletas, neumáticos y llantas. 
  • Incrementar el límite de importación mediante envíos de 10 kg a 20 kg. 
  • Disminuir el valor del kilogramo de importación de 20 USD a 10 USD e incrementar el exento de pago de 1.5 kg a 3 kg para los artículos a los que se aplique el valor-peso. 
  • Disminuir el 70% del pago del impuesto aduanero (actualmente es del 100%, se reduce al 30%).

No deja de sorprender que, entre las más de 70 medidas anunciadas para la recuperación de la economía, Gil destacó básicamente dos.

La primera, la ya referida a la flexibilización de la importación por personas naturales con carácter no comercial. Con estas medidas se quiere controlar la inflación. Otra cosa es que lo consigan. El negocio de las denominadas de forma despectiva, como “mulas” que empezó siendo una actividad puntual y limitada en el tiempo y que parece consolidarse de forma definitiva, como ocurrió con las tiendas en MLC.

En particular, el régimen no quiere empresas privadas en las actividades de importación con carácter comercial, porque como dijo el ministro “no es conveniente en estos momentos”. De modo que la flexibilización de la importación se atenderá por las personas naturales con carácter no comercial e incluye:

En segundo lugar, insistió en la implementación de un mercado cambiario para la compraventa de divisas a la población con un tipo de cambio “económicamente fundamentado y donde podamos trabajar con todas las divisas, incluyendo los dólares en efectivo”. Este anuncio del restablecimiento del mercado cambiario de compraventa de divisas en el país fue aplaudido por los diputados en la Asamblea.

En suma, el ministro quiere hacer ahora lo que debían haber hecho en la tarea ordenamiento, cuando se anunció que el cambio iba a ser de 1x24 con la mayor devaluación que se conoce en la historia económica de un 2.300% para el peso. Nunca es tarde.

Aquel tipo de cambio que sirvió para establece el tipo de cambio fijo por el que apostó el régimen se vio enseguida que no estaba correctamente fundado en términos económicos, y mucho nos tememos que el anunciado ahora tampoco lo esté. El ministro lo tiene fácil. El mercado informal de compraventa de divisas, al que acusó de prácticas delictivas e ilegales, le puede orientar sobre el alcance de esa nueva valoración del peso que están pensando para una especie de sistema de tipo de cambio fijo mixto.

Se pretende que los turistas puedan acceder a ese mercado con precios diferenciados al cambio oficial lo que permitirá al Estado captar las divisas que están circulando en la economía. ¿Está en condiciones de autorizar a los turistas cubanos de la comunidad en el exterior a hacer lo mismo? Ya se verá.   

El ministro dijo que se están ultimando los detalles para poner en práctica esta medida y que “se han evaluado sus riesgos, las acciones para minimizarlos y las posibles vías para utilizar esa capacidad de divisa que no está formando parte del sistema financiero nacional en función de incrementar la oferta en pesos cubanos”.

Un nuevo paso atrás en la gestión del sistema de tipo de cambio fijo que se planteó en la tarea ordenamiento, y amenazas serias para el peso cubano que se podrá obtener al cambiar las divisas y que, en todo caso, debe garantizar una capacidad de compra en el mercado interno de todo tipo de bienes y servicios ya que en caso contrario no habrá incentivos para hacer ese canje de moneda. Tal vez habría que empezar por la MLC.

El ministro quiere de este modo, poner fin al mercado informal de divisas, al que reconoce que ha conseguido prácticamente imponer los precios de los productos y servicios y de las divisas que entran, que no se captan por el Estado y alimentan el mercado ilegal. También dijo que “se mantienen las condiciones que condujeron al país a no aceptar el dólar en efectivo, teniendo en cuenta que siguen vigentes las prohibiciones impuestas por el bloqueo estadounidense”.

Hizo bien el ministro al decir que ninguna de las medidas anunciadas son mágicas ni producen resultados inmediatos, pero señaló que “se van tomando decisiones ajustadas a la realidad, en correspondencia con nuestro modelo socialista y que ordenan la legalidad del país y nos permiten disponer de recursos para incrementar gradualmente las ofertas en pesos cubanos a nuestro pueblo y para la atención a las personas y comunidades en situación de vulnerabilidad”. Talvez habría que ser más revolucionario para cambiar las cosas y dejar atrás de una vez ese perfil bajo.

En cualquier caso, no conviene pensar ni por un solo instante que estas medidas puedan servir para mejorar la situación a corto plazo de los cubanos. Que lo hagan de forma sostenible a más medio plazo, imposible. El batiburrillo de 75 medidas tiene un alcance limitado y no va a permitir que los cubanos experimenten una mejoría de su nivel de vida y prosperidad. Las medidas que se tienen que aplicar deben ir dirigidas a cambiar el modelo económico y social que rige el país. Cualquier otra vía es una pérdida de tiempo.

 

 

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