Resistencia creativa y economía cubana
Elías Amor Bravo economista
Los analistas de la economía cubana atribuyen a Díaz Canel el concepto de resistencia creativa que el mandatario comunista utiliza cada vez que hace referencia a la posibilidad de vencer los problemas económicos. En esencia, Díaz Canel entiende la resistencia creativa como “una capacidad del pueblo no solo para resistir, sino para innovar, crear y salir adelante con soluciones de desarrollo”. Esa capacidad la habrá observado en algún sitio, probablemente en Hialeah, Madrid o Londres, pero desgraciadamente en Cuba, es inexistente. El problema con la resistencia creativa es que allí donde aparece en la economía cubana es violentamente aplastado por el régimen, y viceversa. Otro lío más.
En los cónclaves comunistas y asamblearios que suelen celebrarse en estas fechas del año, la información económica que no puede ser conocida por los organismos oficiales encargados de su difusión, suele ser filtrada a cuenta gotas por el ministro de economía, y este año, por ejemplo, se ha conocido en la comisión de asuntos económicos de la Asamblea Nacional, que los comunistas creen poder resolver paulatinamente la situación del país apostando por la estabilización macroeconómica, con aspectos como el equilibrio monetario, el mercado cambiario, los precios y el sistema tributario.
Y aquí viene la sorpresa. Que nadie espere un manual al uso de instrumentos y objetivos de política económica. Según Díaz Canel solo se puede estabilizar la economía si se canaliza y potencia el concepto de resistencia creativa en todas las actividades, lo cual es rizar el rizo, porque ya me dirá que tiene que ver la estabilización macroeconómica con la capacidad del pueblo, no solo para resistir, sino de innovar, crear y salir adelante. Ni siquiera el ejemplo del COVID-19 sirve, ya que Cuba es a finales de 2022 de los pocos países del mundo que todavía no ha recuperado los niveles de actividad previos a la pandemia. Por mucha resistencia creativa, los cubanos son más pobres hoy que hace tres años.
De modo que olvidando lo ocurrido en este ejercicio, en la comisión de asuntos económicos, se dijo que las proyecciones del ministerio de economía y planificación para 2023 son mejores, lo que no coincide con la última previsión de la CEPAL que rebaja el crecimiento de 2022, de un 2% al 1,8% de 2023. Alguien no tiene razón.
Díaz Canel afirmó después que los dos principales problemas que él identifica en la economía, la inflación y una escasa oferta en moneda nacional se pueden vencer con resistencia creativa, pero al mismo tiempo anunció “un camino que lleva sacrificios”, lo que implica para el pueblo cubano más incertidumbre y malestar económico que el actual. Una desgracia.
Y en este punto se realizó un análisis que cuesta creer que se defienda desde el régimen. Según Díaz Canel, hay algunas empresas que subieron los precios “contra el poder adquisitivo de la población, tras transitar de un ambiente de 1x1 al de 1x24, en tanto otras han incrementado los gastos sin subir precios, por un compromiso político”. Qué curioso. Las empresas que suben los precios lo hacen contra la población. Las que no lo hacen, asumen un “compromiso” con el pueblo y claro, eso, según Díaz Canel, “ocasiona bajas en su fuerza laboral por no tener el incentivo por utilidades”. ¿Es esa la resistencia creativa o estamos hablando de otra cosa?
¿De verdad se cree el dirigente comunista cubano que la economía marxista leninista que él dirige presenta este tipo de comportamientos? ¿Son malas las empresas que suben los precios? ¿Son buenas las que no lo hacen? ¿Hasta dónde llega el compromiso político para esas empresas? ¿Y hasta donde la resistencia creativa?
Junto a este escenario empresarial tan simple de buenos y malos, que gusta crear al comunismo cubano, se señala que existe “un exceso de liquidez, pero concentrado en pocas manos. Por ejemplo, hay empresas estatales que, solo por el cambio de 1x24, generaron altos niveles de utilidades”. ¿Magia o simplemente manipulación de la información? ¿Dónde está la política monetaria para cumplir sus funciones? ¿A qué se dedica la señora Wilson?
Lo cierto es que el tipo de cambio de la tarea ordenamiento para la unificación monetaria, lo que provocó fue que más de la mitad de las empresas estatales socialistas entraran en insolvencia y pérdidas, situación que muchas no han logrado revertir. Si. Las que fueron “buenas” y no subieron precios, acabaron por entrar en crisis. La resistencia creativa no funcionó aquí tampoco.
Díaz Canel también dijo que aun cuando haya cosas caras (minimizando un problema que afecta a la mayoría de los bienes y servicios) “un grupo de personas las puede comprar porque acumulan dinero ciertos sectores de forma asimétrica. Y preguntó: ¿Cómo se resuelve esto?”. La receta del dirigente comunista es clara: “produciendo más para que haya más oferta, pero hacen falta divisas para la compra de insumos” Y entonces, ¿por qué esos insumos no se producen a nivel nacional por empresas cubanas? No hace falta que sean empresas estatales, pueden ser privadas o asociadas con un inversor internacional. ¿No se da cuenta Díaz Canel que la solución al problema pasa por cambiar lo que justo el defiende? ¿Por qué no se utiliza aquí la resistencia creativa?
Reconoció en su análisis que “las personas más afectadas están en el sector presupuestado y entre los jubilados y pensionados”, y eso es cierto, porque la inflación golpea con dureza a los sectores más vulnerables, para los que el gasto del gobierno no se puede estirar más. No hay margen.
Por desgracia, las cifras estimadas del cierre del plan de 2022 y lo previsto para 2023, así como el estado de la marcha de las disposiciones aprobadas para enfrentar la crisis, quedaron para la próxima sesión plenaria de la Asamblea, por lo que habrá que estar atentos a ellas. No serán buenas.
En la comisión agroalimentaria también hubo oportunidad de valorar el concepto de resistencia creativa. Se evaluó el resultado de la comprobación al Sistema de Empresas de Acopio. En el informe se explicó que “entre las principales causas de pérdidas, destacan el incumplimiento de la contratación que respalda el plan de la economía, las ineficiencias en la comercialización, los elevados gastos financieros con intereses, la ineficiente gestión de cobros y pagos, así como la dilación en la aplicación del proceso de disponibilidad laboral”. La eterna situación de descontrol y desorganización que contrasta con la férrea intervención ideológica de la economía. La resistencia creativa que sigue sin funcionar.
El balance del sector agropecuario es lamentable. Hay que prepararse para un año malo, muy malo. En el informe se destacó el incumplimiento de los contratos por parte de los proveedores, con pérdidas de más de 38.000 toneladas de productos agropecuarios, que representan unos 32 millones de pesos. Nadie citó las razones reales de esos incumplimientos, forzados por la desmotivación causada por la desidia comercial, los precios y la falta de insumos, entre otros. A lo anterior se suma la cadena de impagos, que al cierre de la comprobación ascendía a 604 millones de pesos en cuentas por cobrar y pagar.
En este punto, el ministro de la Agricultura, responsable principal de este caos, responsabilizó a Acopio “de no haber aprovechado lo suficiente el Decreto-Ley 35, que tiene como objetivo la flexibilización en la comercialización de los productos” como si Acopio no tuviera que ver con el régimen, y no contento con trasladar a otros sus responsabilidades de gestión, el ministro “propuso que se compruebe no solo al Sistema de Empresas de Acopio, sino también a todas las instituciones relacionadas con el proceso”.
También advirtió que la Ley de Fomento y Desarrollo del Proyecto de la Ganadería, que será sometida a debate en pleno en los próximos días, “no va a recuperar el ramo por sí sola, sino con lo que sean capaces de implementar los organismos y los trabajadores involucrados en este sector”. En todos estos casos, ya se verá si la resistencia creativa sirve de algo.
Con respecto a la industria del azúcar, se destacó “la importancia de que en el sector azucarero los colectivos laborales funcionen de forma orgánica, con jefes que tengan amplios conocimientos, lo que beneficiaría directamente a la empresa estatal socialista”.
En la próxima campaña azucarera, definida como una “zafra corta” por el presidente de Azcuba se dijo que “garantizará el consumo interno con menos centrales, con el propósito de ir rescatando gradualmente la producción azucarera”. En realidad, el estado del sector tras la reestructuración decidida por Fidel Castro a comienzos de siglo es tan lamentable que su resurrección está siendo muy complicada.
La salida que ven los dirigentes pasa porque “el plan se enfoque en un nuevo modelo de negocios, en el cual la planificación sea financiera y no solamente se mida la producción de azúcar, sino que se considere de manera priorizada, la economía circular, así como el modelo de ciencia e innovación”.
¿Es este el camino para el azúcar cubano? El régimen está simplificando un sector de grandes posibilidades como motor de la economía, apostando por una “zafra objetiva, flexible y, aunque pequeña, con buenas prácticas, concentrando los recursos en menos centrales azucareros, para lograr mayor eficiencia”. De ahí el paso a la intrascendencia, es pequeño. Resistencia creativa, en el azúcar, ¿para qué?
Después en la comisión de atención a los servicios se analizó la actividad de transporte de pasajeros, que ha presentado resultados muy alejados de los necesarios en los últimos tres años.
Reconociendo que el sector ha funcionado en 2022 por debajo de los niveles de 2019, el ministro de transportes señaló que entre las prioridades para 2023, “se encuentran las medidas que actúen sobre los problemas objetivos con un mayor control y rigor; continuar trabajando con el Ministerio de Economía y Planificación para recuperar la disponibilidad de moneda libremente convertible, y comenzar a recuperar, de forma gradual, el transporte en el país”.
También pidió, junto al Ministerio de Finanzas y Precios, “avanzar en el ordenamiento de los precios, una tarea que debe concluir antes de que comience 2023, y otra acción es trabajar mejor con los recursos humanos y con los cuadros”. Todas ellas medidas muy importantes y destacadas para mejorar el transporte, desde luego, con la debida resistencia creativa.
La grave situación del transporte de viajeros y sobre todo mercancías, llevó a Marrero a intervenir en este punto para señalar que este sector “no escapa de la situación por la que transita el país, con la característica de ser transversal a todos los procesos”, y se refirió a “las dificultades en la adquisición de materiales como combustible, gomas y baterías, por concepto de divisas, y la necesidad de buscar alternativas en aquellos lugares donde la innovación lo permita, con el apoyo de los innovadores y racionalizadores”. Hasta aquí no llega la resistencia creativa.
En la misma comisión, la ministra del comercio interior enumeró lo que definió como “principales tendencias que repercuten en los comportamientos actuales de los fenómenos de corrupción e ilegalidades”.
Entre estas tendencias citó, “la sustracción de volúmenes de recursos de alta demanda en las cadenas de suministros mayoristas y minoristas”; “la falta de exigencia en la protección y fiscalización de los recursos materiales, humanos y financieros, por parte de las estructuras administrativas”, y el “quebrantamiento de las normas de comercialización, en un escenario de diversificación de los actores económicos estatales y no estatales, que generan criterios negativos de la población”. Desde luego, aquí si que funcionó la resistencia creativa como medio de afrontar el marco jurídico y de control que regula el comercio comunista. Para esto si que valió el concepto acuñado de Díaz Canel.
Pero los comunistas no cejan en su empeño, y en este punto, el gobernador de La Habana informó del trabajo que se lleva a cabo en la capital “para afrontar los procesos de corrupción e ilegalidades, entre ellos, en unidades de gastronomía y comercio; además de los cobros y pagos fuera de los términos establecidos en el contrato”, sin querer reconocer que esa presunta corrupción e ilegalidades tienen su origen en la complejidad regulatoria del modelo y el escaso espacio que se otorga a la actividad privada.
Marrero dijo que “el enfrentamiento al delito y a las ilegalidades es un reclamo de la población”, lo cual no es del todo cierto, viendo las protestas que se producen cuando se penaliza a algún comerciante o se cierra y decomisa la mercancía, y añadió que “el hecho que existan estas manifestaciones es intolerable”, al tiempo que “las medidas tomadas van contra lo mal hecho, no importa quién sea el actor que la está acometiendo, y es una tarea que requiere de la participación de todos para lograr un control sostenible en el tiempo y, como consecuencia, que los recursos disponibles lleguen a su destino final”. Y con ello, puede acabar eliminando esa resistencia creativa.
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