Análisis trimestral de la economía cubana en 2020

Elías Amor Bravo economista

El régimen comunista cubano acaba de publicar “Producto interno bruto por trimestre año 2020” en la Oficina Nacional de Estadística ONEI.

La publicación permite conocer los resultados del PIB trimestral desde el lado de la producción sectorial, a precios constantes de 1997, durante el año 2020, especialmente complicado por el COVID-19 y la paralización de actividades derivada del confinamiento. Según se señala en la publicación, las estimaciones realizadas están basadas en el Manual de Cuentas Trimestrales del Fondo Monetario Internacional de 2001, compatible con el Sistema de Cuentas Nacionales 2008, de modo que los datos son comparables con los de otros países.

Para los economistas, obtener información relativa a las cuentas nacionales trimestrales de un país es importante porque gracias a ellas se puede analizar con detalle la evolución de la economía durante el año, lo que facilita la toma de decisiones por los agentes económicos a corto plazo. Además, el análisis cobra especial interés al permitir contrastar cómo unas actividades de gran relevancia en la economía, por ejemplo, el azúcar o el turismo, son más estacionales que otras, y en qué medida esa concentración temporal influye en la dinámica de los resultados de todo el año.

También, este tipo de estudios contribuye a la realización de previsiones sobre el comportamiento de la economía a corto plazo, que se ven notablemente mejoradas por la información de las cuentas trimestrales y anuales. Además, los servicios de estadística van ajustando los datos conforme se dispone a lo largo del año de más informaciones sectoriales por medio de un ajuste basado en la técnica de armonización o benchmarking.

Como se señala en la publicación citada de la ONEI, la armonización consiste en ajustar los datos trimestrales con la información anual, de modo que la suma de los cuatro trimestres sea exactamente igual al dato anual, conservando los movimientos o tendencias que condicionaron inicialmente los indicadores trimestrales. Otro objetivo del benchmarking es obtener estimaciones de los trimestres para los cuales aún no existe información anual, que sean muy cercanas al dato que generará al final del año las cuentas anuales, lo que se consigue utilizando los datos trimestrales ya ajustados.

En Cuba, al igual que en la mayoría de los países que cuentan con contabilidad nacional trimestral, la armonización se realiza a través de un procedimiento denominado método proporcional de Denton. Este método se basa en un cociente denominado dato de referencia-indicador (RI), que se calcula dividiendo el dato anual entre el dato trimestral sin ajuste. El cociente así obtenido indica el número de veces que el dato de referencia contiene al indicador, es decir, es un factor de ajuste de los datos trimestrales a los datos anuales y, por tanto, desempeña un papel relevante en las estimaciones en curso. Este método realiza el ajuste de las estimaciones trimestrales al dato anual, a través de movimientos suavizados entre los trimestres.  

También se hace referencia a las fuentes de información:

I. El Subsistema de Información Estadística Nacional (SIE-N), que tiene como base la contabilidad y registros primarios de los centros de observación.

II. Estadísticas del comercio exterior para estimar el monto de las transacciones totales de bienes y servicios con el resto del mundo. III. Datos sobre la ejecución de ingresos y gastos del Presupuesto Estatal. IV. Los Subsistemas de Información Estadístico Complementarios. Centros Informantes: Las unidades de observación en las cuales se basan los agregados presentados en esta publicación son: II. Las cooperativas de producción agropecuaria (CPA).

III. Las cooperativas de Créditos y Servicios (CCS).

IV. Las unidades Básicas de Producción Cooperativas (UBPC).

V. Las unidades presupuestadas (unidades de servicios de las administraciones públicas) las cuales disponen de contabilidad propia y cuentas bancarias regidas por el Presupuesto Estatal.

VI. Las agencias y oficinas centrales del sistema bancario nacional.

VII. Los hogares.

VIII. Las organizaciones políticas, sindicales, profesionales y otras, que también disponen de contabilidad propia.

Y los clasificadores utilizados para la elaboración del PIB Trimestral:

I. Nomenclador de Actividades Económicas (NAE).

II. Sistema Armonizado de Clasificación de Productos (SACLAP).

III. Clasificador de Productos de Cuba (CPCU).

A partir de estas previsiones metodológicas que se pueden consultar en la publicación, señalar que el PIB de la economía cubana en 2020 experimentó dos momentos especialmente complicados que tuvieron lugar durante el segundo y tercer trimestre, en los que descendió, en tasa interanual, un -20,9% y un -10,4% respectivamente, acumulando un -31,3% de caída en los dos trimestres centrales del año. El primer trimestre con un -3,8% y el cuarto con un -8,5%, contribuyeron a intensificar la caída global registrada por la economía durante el año que, como ya se había informado anteriormente por las autoridades había sido un 10,9%.

El análisis sectorial muestra notables diferencias.

El primer trimestre se puede calificar como una continuidad de las tendencias de 2019, agravándose en el último tramo por el comienzo de la crisis del COVID-19 y los confinamientos. La economía descendió un -3,8% y hasta 9 actividades registraron crecimientos del PIB, situándose Servicios sociales (8,9%) a la cabeza, seguida de Construcción (8,8%) que parecía arrancar un buen ejercicio, los Hoteles y restaurantes (2,6%) todavía ajenos en los primeros meses del año al COVID-19, la Industria azucarera (0,6%), Servicios empresariales (0,4%), Administración pública (0,4%) Ciencia e innovación tecnológica (0,1%) y Educación (0,1%). En el extremo opuesto, los mayores descensos del PIB se produjeron en Pesca (-26,6%), Agricultura (-20,9%) que arrancaba un ejercicio muy complicado que ya venia del año anterior, Transportes (-9,8%) o Industria manufacturera (-9,5%).

Sin duda alguna, el segundo trimestre fue el que registró la caída más intensa del PIB du todo el año, y las actividades con mayores descensos fueron Educación (-82,5%) con la interrupción de la enseñanza presencial, Hoteles y restaurantes (-42,3%) con el parón del turismo a nivel mundial, Cultura y deporte (-25,6%) con los confinamientos, y Salud Pública (-24,6%) que vio contraer su PIB justo en el momento de mayor necesidad. Todas estas actividades tuvieron un peor comportamiento que el conjunto de la economía, que como ya se indicó, cayó un 20,9%. Por el contrario, en el segundo trimestre la industria azucarera alcanzó su máximo avance de todo el año (15,5%) convirtiéndose en la única actividad con signo positivo[1].

Cabría pensar que este “tirón” azucarero ha sido un valioso salvavidas que ha permitido a la economía cubana no ver disminuir más aún su PIB. Si se estimase la variación del PIB en el segundo trimestre, sin incluir el azúcar, la caída del PIB se situaría en el entorno del -50% datos similares a los producidos en el período especial. Pesca, Explotación de minas y canteras y Ciencia e innovación tecnológica, con descensos similares del -2%, pasaron por ocupar los mejores resultados en este oscuro trimestre.

En el tercer trimestre la economía volvió a tocar fondo, con un descenso del PIB en tasa interanual, de un -10,4%. El dato más significativo es que ahora, al menos 5 actividades recuperaron tasas positivas, a saber, Construcción (10,9%), Pesca (6,2%), Explotación de minas y canteras (4,6%) y Ciencia e innovación tecnológica (0,1%) a las que se unió Derechos de importación (8,7%). Sim embargo, volvieron a registrar descensos mayores que la media los Hoteles y restaurantes (-25,7%) inmersos en la crisis del turismo, así como Agricultura y ganadería (-25,7%), Educación (22,9%) y Salud Pública (18,2%) sin superar las secuelas de los confinamientos. Por segundo trimestre consecutivo, Educación y Salud registraban fuertes descensos de actividad y a ellos se unió la Agricultura que en el segundo trimestre había descendido un -17% pero ahora aceleraba su caída con la reducción de la oferta de alimentos. Una vez más, las diferencias entre los sectores y actividades fueron muy destacadas.

En el cuarto trimestre, con el PIB moderando su descenso, un -8,5%, cinco actividades volvieron a presentar signos positivos, con la incorporación de Salud (9,3%) que lideró el crecimiento, seguida de Pesca (7,1%), Explotación minas y canteras (3,1%) que se mantuvo con respecto al trimestre anterior, Ciencia e innovación tecnológica (2,4%) acelerando su crecimiento y de nuevo, el peso de la Administración pública que estabilizó su crecimiento (0,7%). En el lado opuesto, los signos negativos recayeron en la industria del azúcar (-77,7%) por motivos estacionales, Hoteles y restaurantes (-34%) que aceleraron su descenso lo mismo que Agricultura y ganadería (-30,6%) intensificando su caída del trimestre anterior, y aumentando la incidencia de la crisis de alimentos, y ahora se sumaban a las caídas superiores a la media, la Industria manufacturera (-21,8%), el Comercio (-17,1%) así como también los Derechos de importación (-19,5%).

De modo que, con la economía cubana en este estado tan complicado durante 2020, las autoridades comunistas decidieron implementar la Tarea Ordenamiento a partir del 1 de enero de 2021 a fin de satisfacer las directrices partidistas ante el congreso comunista de mayo. En su momento, y gracias a este esfuerzo de ONEI, habrá datos estadísticos que servirán para confirmar el grave error del régimen, que se está pagando con un alto precio que ha supuesto retrasar para Cuba la salida de la actual crisis y agravar más aun las secuelas que persisten desde 2020. 

 

 



[1] De hecho, históricamente el segundo trimestre suele ser el principal del azúcar cubano.

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