¿Por qué la economía cubana no exporta? Algunas ideas
Elías Amor Bravo
¿Por qué la economía cubana tiene tantas dificultades para exportar? De este asunto, los dirigentes comunistas hablan de vez en cuando y tratan de imponer sus criterios y políticas, a menudo ineficientes e inadecuados para lograr cualquier objetivo comercial, que en todo caso, debe estar en el ámbito de decisión de las empresas, con total autonomía y libertad.
Para hablar de estas cosas, han organizado una enésima Jornada productiva en la Cámara de Comercio, en la que participó Vivian Herrera, directora general de Comercio Exterior del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX). De este evento ha dado cuenta la prensa estatal comunista.
La dirigente comunista trató de analizar las potencialidades de Cuba para incrementar el número de empresas exportadoras de bienes y servicios, que hasta septiembre sumaban 327, incluyendo las formas de gestión no estatales. Según la Oficina Nacional de Estadística, en Cuba existe en 2021 un total de 9.260 entidades de las que si se deducen las pertenecientes al sector presupuestado, quedan 7.328 entre empresas estatales y no estatales. Y por tanto, las que exportan que son 327 apenas suponen el 4,4% del total.
Primera conclusión, si ese porcentaje no aumenta, las potencialidades de la exportación serán muy escasas. Nótese que este porcentaje podría ser incluso inferior si se incluye a todos los trabajadores por cuenta propia que no se incluyen en la estadística de entidades, lo que haría descender ese 4,4% a porcentajes inferiores al 0,5% del total.
Los dirigentes comunistas cubanos se encuentran así ante una tesitura. Por un lado, tienen una necesidad urgente de divisas para llenar las arcas del estado y poder seguir manteniendo los programas de gastos gubernamentales, es decir, obtener financiación del exterior que la economía cubana no genera con sus propias potencialidades. De otro lado, el sector exportador es incapaz de generar esos recursos, de modo que ni lo uno ni lo otro, y el escenario es mucho peor de lo que se podría pensar.
Ante esta tesitura, y olvidándose del potencial de los sectores tradicionales de la exportación cubana (tabaco, azúcar, minerales) los dirigentes andan dando vueltas a unas presuntas potencialidades exportadoras derivadas del hecho de contar con profesionales altamente calificados en algunas ramas, como empresas de alta tecnología, parques científico-tecnológicos, de los que se cuenta con más de 100 centros de investigaciones, polos productivos exportadores, nuevos actores en el proceso de exportación y el acompañamiento a los territorios en temas de comercio exterior.
Se trataría de comercializar en el exterior los servicios de este sector siguiendo un modelo similar al emprendido hasta la fecha con médicos, educadores, asesores de seguridad, entrenadores, etc., dentro de ese esquema que el régimen ha ido empleando con cierta fruición en los últimos años.
Es difícil saber si esta estrategia puede dar resultados. Sobre todo si es dirigida y controlada por el estado, como ocurre con los médicos. No todos los servicios de alta tecnología son susceptibles de un falso encuadre comercial, revestido de cooperación, como hace el castrismo. Son servicios de mercado que compiten con otros a nivel internacional, y no es posible el escamoteo, en todo caso, se puede practicar dumping, pero eso haría que la oferta cubana cayese en percepción de calidad y esta acción no es sostenible. Hasta ahora, al régimen le ha resultado fácil, hasta cierto punto, presentar ante el mundo a una brigada médica a un país africano como cooperación internacional, aunque detrás hay el cobro de servicios y, además, muy bien pagados. No ocurre lo mismo con un programa de software o de alta tecnología de la información y comunicaciones. Se caería la careta, y al final pasa a ser evidente lo que el régimen no quiere: se trata de un negocio comercial para obtener ingresos para la balanza corriente, y punto.
Otra cuestión sobre la que reflexionaron los dirigentes en la jornada fue el obligado cumplimiento a los documentos rectores y políticas que orientan la actividad exportadora, entre los que se encuentran los Lineamientos del Partido y el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030 (PNDES). Documentos de partido, no empresariales, con los que se ha actualizado la Estrategia integral para la exportación de bienes y servicios y la Ventanilla única del Comercio Exterior, se ha formado a los actores económicos y se dispone de una metodología y resoluciones del referido organismo. Todo este material, sin duda, muy importante para exportar más y mejor: cumplir las directrices comunistas es fundamental para exportar. Quién lo iba a decir.
En un retorno a la realidad, la dirigente comunista reconoció que los principales rubros exportables actuales son el níquel, el tabaco, los azúcares, combustibles, minerales, los alcoholes, pescados y crustáceos. Junto a este paquete se encuentran los servicios médicos, que ya suponen el 65% del total, con una especialización en la industria biofarmacéutica, seguida de las telecomunicaciones. La otra fuente de ingresos, el turismo, se encuentra paralizado desde hace año y medio.
En la jornada se presentó a los asistentes, empresarios y representantes del sector no estatal de todas las provincias, dónde se encuentran las mayores oportunidades por áreas geográficas del mundo y los proyectos en marcha en sintonía con el PNDES 2030. Asimismo, anunció la creación de un fondo para el fomento y diversificación de las exportaciones, que tendrá una dotación de 5 millones de dólares, con la forma de ayuda financiera para los proyectos que necesiten de pequeñas inversiones. Las exportaciones cubanas ascendieron a unos 2.000 millones de dólares entre 2017 y 2020, un período lleno de complicaciones. Destinar 5 millones parece insignificante y no dará resultados. Las cuentas deben estar, ante todo, claras y huir de cualquier ejercicio de demagogia.
Por otra parte, la dirigente del régimen tuvo que reconocer que las operaciones de comercio exterior abiertas para las empresas privadas, con la fórmula de intermediación estatal (Modelo Malmierca) han sido claramente favorables a las importaciones y menos a las exportaciones, revelando una baja tasa de cobertura. La dirigente dijo que el sector privado, firmó contratos de exportación hasta la semana pasada en un número de198, alcanzando un importe de más de 15.328.000 dólares. De otro lado, los contratos de importación fueron muchos más, 5.304, valorados en un importe superior a los 83.850.000 dólares. La tasa de cobertura (exportaciones/importaciones en %) alcanzó un 18%. Para el conjunto del comercio exterior de bienes, esa misma tasa fue 22%, ligeramente superior. Hay un largo camino por recorrer.
También se habló de las las potencialidades para exportar desde los “polos productivos”, el nuevo invento del régimen para ejercer un control absoluto sobre la oferta productiva, privada y estatal, en distintos puntos del territorio, y que no parece que hayan tenido aceptación hasta la fecha. En estos polos, el régimen quiere vincular con lazos económicos y por supuesto, políticos, a todos los actores económicos, incluidas las micro, medianas y pequeñas empresas, las cooperativas no agropecuarias y los trabajadores por cuenta propia, junto a la empresa estatal socialista. Se afirma que en los polos se encuentran en igualdad de condiciones para exportar e importar, pero la cuestión es que para hacerlo deben cumplir los requisitos establecidos. Y aquí es donde se encuentra el problema.
Curiosamente, la dirigente también hizo referencia a las consecuencias de la ruptura de cadenas de suministro a nivel mundial por la COVID-19, lo que ha supuesto un aumento de los costes de los fletes de los contenedores en el tráfico marítimo, lo que tiene consecuencias directas sobre la insularidad de Cuba. Lo cierto es que la participación de la economía cubana en esas cadenas de suministro es prácticamente nula, y este hecho ha dado ciertas posibilidades a la Isla de quedarse al margen de las tensiones a las que hizo referencia la dirigente. Cierto que los precios de los fletes han aumentado, pero las consecuencias para la economía cubana serán mucho menores que las de otros países más y mejor insertados en la globalización. De hecho en este punto hubo los consiguientes ataques al embargo y bloqueo, porque según la directora general, impide que las navieras oferten servicios a las empresas y provocó, en concreto, que dos empresas ZIM y MSC, rompieran sus vínculos con Cuba.
Los dirigentes comunistas cubanos no se cansan de mostrar un absoluto desconocimiento de por qué una economía exporta y cuáles son las condiciones para el éxito, una vez más. ¿Por qué la economía cubana no exporta? Esta pregunta es recurrente pero admite solo una respuesta: porque no se satisfacen ni siquiera las necesidades internas del país. La exportación arranca a partir de excedentes productivos (oferta superior a la demanda) que tienen atractivo en otros países y muestran disposición a la compra. Si esos excedentes no se generan, ya pueden los dirigentes comunistas elaborar planes, documentos, lineamientos y lo que quieran, que no se venderá nada afuera. Mientras esto no se entienda, la economía cubana estará perdiendo oportunidades derivadas de sus bajos costes y su cercanía a mercados no saturados. Vietnam hizo el milagro con el arroz, pero antes tuvo que cambiar la estructura jurídica de derechos de propiedad. Ya tardan.
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