El ministro Gil y la recuperación gradual de la economía cubana
Elías Amor Bravo economista
A todos nos gustaría que la economía cubana se recuperase gradualmente, como titula Granma una información que recoge lo acontecido en la inauguración de Jornada Económico-Productiva, celebrada de forma virtual, y que sesionará del 7 al 28 de octubre para abordar el impulso y la dinamización de la economía cubana en el actual escenario. Una convocatoria que tiene lugar en un momento especialmente complicado, en que se acumulan aspectos externos e internos, sobre todo estos últimos, con su origen en una pésima gestión de la política económica. La gradualidad de la recuperación económica, de la que habló el ministro Gil, no se logra fácilmente y exige mucho más que apuestas genéricas.
A diferencia de otros responsables del área económica, Alejandro Gil no se prodiga en exceso a la hora de dar la cara por el estado de la economía. Su presencia en la inauguración de la Jornada Económico-Productiva, es una de las escasas ocasiones que se tienen para conocer, de forma directa del responsable del ramo, qué está pasando en la economía, cuál es la gravedad de los problemas, y qué tipo de actuaciones se están implantando para la recuperación de la economía, algo que parece que este 2021 no llegará. El ministro parece estar más interesado en dar continuidad a los acuerdos emanados del VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba que en resolver la grave crisis de la economía. Y hasta que no se convenza de que es imposible lograr las dos cosas de manera simultánea, seguirá explicando por qué no se cumple el plan o la economía se encuentra en la peor situación desde el período especial.
El ministro utiliza el mismo argumentario que el resto de los dirigentes del régimen. No podría ser de otro modo. Según ellos, el guion dice que la economía se encuentra en crisis por el impacto del bloqueo económico impuesto por el Gobierno de Estados Unidos y la paralización de la economía con la caída precipitada del turismo, a causa de la pandemia de la COVID-19. Con solo estos dos factores, el ministro Gil justifica el escenario financiero que impide a Cuba honrar sus compromisos con los acreedores internacionales, y observar como el PIB de la economía se despeña un -10,9% en 2020 después de haber caído también en 2019. Dieciocho meses en recesión son muchos, para atribuir las causas al bloqueo y el COVID-19. El ministro sabe que hay muchos más factores detrás de este escenario que hacen difícil que la economía funcione, pero resulta más sencillo ocultar la información y seguir esperando la “gradualidad”.
El ministro dijo que el avance en el control de la pandemia, la campaña de vacunación y las nuevas medidas para incentivar la reanimación monetaria, han permitido detectar a partir del cuarto trimestre de este año (un período del que solo llevamos unos cuantos días de octubre) una recuperación gradual de la actividad económica. Entiendo que el ministro dice estas cosas porque debe tener algunas facultades adivinatorias, o en su caso, dispone de indicadores adelantados de actividad económica que no informan al público en general. No creo que ni lo uno ni lo otro ocurra, lo más probable es que esos indicadores de mejora de la economía, ni siquiera existan.
En algo tiene razón el ministro, porque Cuba no se va a recuperar de una situación económica tan crítica en pocas semanas o meses. Pero es que esto mismo es lo que declara desde comienzos de año 2021, al comenzar la aplicación de la Tarea ordenamiento. No hay ningún escenario favorable a la vista, el ministro lo sabe, y además, aunque diga que no se quieren crear falsas expectativas, lo está haciendo sobre todo en un momento en que algunos cubanos han decidido poner en marcha iniciativas emprendedoras.
Las soluciones propuestas son las mismas de siempre. Desde "compartir las buenas prácticas de gestión económica tanto en el sector estatal como en el no estatal, a trabajar con mayor intensidad en la capacitación, el estudio de las normativas, el intercambio de experiencias con aquellas entidades o personas que han tenido éxito, la implementación de la estrategia de los actores económicos, la búsqueda de mayor eficiencia de la empresa estatal socialista, y un mejor aprovechamiento de los recursos materiales y el capital humano, entre otras acciones que sirvan para impulsar las finanzas de la nación". Más o menos, lo que se supone que se debe hacer de forma habitual en una economía. Nada nuevo bajo el sol.
El ministro Gil parece tener claro que para lograr la recuperación productiva hay que actuar sobre la capacidad de producir más bienes y servicios. Esa capacidad depende de numerosos factores, y no solo de aprovechar las oportunidades positivas de los intercambios en cuanto a aprendizaje, buenas prácticas y experiencias. Hay que avanzar hacia reformas estructurales en el marco jurídico de los derechos de propiedad, la propiedad privada y la liberalización de la economía. El actual modelo es inservible y el ministro no lo dice, pero lo debe saber.
Si se pretende impulsar la creatividad, el perfeccionamiento y la transformación de los actores económicos de la Isla, sobre todo de los privados, porque los estatales ya han demostrado de lo que son capaces (que es más bien poco) hay que abrir espacios a la libertad económica y olvidarse de eso que los comunistas cubanos llaman la legalidad socialista, que es la principal traba que impide a la sociedad cubana prosperar.
En la jornada serán presentados la Guía de Negocios y el Observatorio Cubano de las Ciencias Económicas, que son dos plataformas digitales nuevas dirigidas a los actores económicos y la población en general.
La primera es una plataforma dedicada a agrupar información de todos los actores económicos, incluyendo las entidades del sector estatal, los trabajadores por cuenta propia, la Mipymes, que se van creando en el país, así como las cooperativas agropecuarias y no agropecuarias. Una guía que se dice que va a permitir hacer licitaciones, comercializar productos ociosos, o promocionar algunos de los servicios que necesita el empresariado cubano para lograr los tan necesarios encadenamientos productivos. Que se encargue estas tareas a una guía no deja de ser llamativo.
El Observatorio Cubano de las Ciencias Económicas será un repositorio para analizar y canalizar hacia los usuarios toda la investigación científica, que se produce en el país, por encima de la investigación internacional. Su objetivo es clasificar la información en diferentes fuentes del conocimiento, con varias secciones, informes, boletines y resultados científicos, entre otros, para que la población cuente con elementos importantes de educación financiera para la vida económico-social de la nación.
Con todos mis respetos, si alguien cree que con la Guía y el Observatorio se va a conseguir la gradualidad en la recuperación de la economía que dice el ministro Gil, que no lo espere. No es así como se saca a una economía de una grave situación de estanflación, con un déficit público descontrolado y un grave agujero en las cuentas externas. El diagnóstico es muy complejo y exige medidas que liberalicen la oferta para facilitar su crecimiento. Porque ya no es solo una crisis de oferta lo que golpea a la economía cubana en el momento actual, sino un círculo vicioso que tiene en el modelo económico y social comunista su principal responsable. Esta jornada es un buen ejemplo de ello.
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