China no es Venezuela, pero casi

Elías Amor Bravo economista

Generosos en exceso se han mostrado los comunistas chinos. Los 13.000 kilómetros que separan a los dos países se han disuelto gracias a la globalización. La web de la presidencia daba cuenta de los distintos acuerdos y documentos firmados en el Gran Palacio del Pueblo por las delegaciones china y cubana, lo que resultó ciertamente farragoso de seguir y sobre todo, valorar.

Y hubo para todos los gustos. Con el objetivo de enmarcar las conversaciones, se firmó un plan de consultas políticas entre el minrex cubano y su homólogo chino con el objetivo de dar continuidad a las relaciones posteriores.

Especialmente activo en los acuerdos ha sido el mincex, de ahí la presencia de Malmierca en la comitiva. Por medio del instrumento del memorando de entendimiento se destaca el firmado con la comisión nacional de desarrollo y reforma de China para establecer un mecanismo de coordinación para implementar el plan de cooperación para la promoción conjunta de la iniciativa de la Ruta de la seda. 

Esta es una operación comercial de alcance que China viene utilizando para proyectar su inserción internacional en lo que fue la ruta de la seda medieval. La inclusión de Cuba que en aquella época no existía como nación, es un ejemplo de la argucia diplomática y económica que existe detrás de esta Ruta de la seda.

Un segundo memorando de entendimiento entre el mincex de Cuba y el ministerio de comercio chino se destinó al fortalecimiento de la cooperación económica y comercial.

Un tercer memorando de entendimiento para fortalecer el desarrollo de la cooperación e impulsar la implementación de la iniciativa para el desarrollo global entre el mincex y la agencia de cooperación internacional al desarrollo de China.

También se incluyó la referencia al tradicional Acuerdo de intercambio y cooperación entre el PCC y el PCChino que en este caso tiene más relevancia, por cuanto es el partido del gobierno que controla el estado, como en Cuba, a diferencia de ese partido marginal e intrascendente que visitó Díaz Canel en Moscú.

Y a continuación llegó el capítulo explícito de los donativos económicos, de los que no se ofrecieron importes.

En primer lugar, un donativo de emergencia, de medicamentos, insumos médicos y alimentos del gobierno chino al cubano.

Segundo, un donativo del gobierno chino consistente en materias primas para uniformes escolares y ropa de trabajo, y para el proyecto de sistema de telepresencia en la nube de Biocubafarma.

Y bajo la forma diplomática de Canje de notas de los dos gobiernos se incluyeron otros donativos económicos. Destacar que la figura diplomática del canje de notas hace referencia a un tratado constituido por un intercambio de notas diplomáticas, cuyo contenido resulta de la conjunción de todas ellas y constituye la expresión del consentimiento. De modo que esta figura representa el más cumplido exponente de los tratados celebrados en forma simplificada. A él alude el Convenio de Viena al mencionar los tratados concluidos «en dos o más instrumentos conexos. La relevancia que otorga China a Cuba en este caso se puede decir que es máxima.

Más aún, cuando estos canjes de notas han ido dirigidos no solo a consolidar donativos económicos sino para plantear la oficialización de proyectos singulares, como el de  “Suministro de utensilios de cocina para programas de alto impacto  en la población cubana”; un segundo para “oficializar la ejecución del sistema de identidad nacional de personas naturales y supervisión de redes inalámbricas” y un tercero para “oficializar la ejecución del proyecto  Laboratorio forense de datos".

No cabe duda que estos canjes de notas, con sus correspondientes donativos, son muy relevantes para el viaje de Díaz Canel que si bien no ha conseguido convertir a China en una nueva Venezuela para obtener financiación, en cambio sí que ha conseguido llevarse una cartera promisoria de proyectos cuya ejecución depende de sus posibilidades reales. 

Por otro lado, algunos de esos proyectos merecen especial atención, por cuanto afectan a aspectos relativos al control de las personas y las comunicaciones informáticas, pero igualmente es llamativa la inclusión de Biocubafarma en el proyecto de telepresencia en la nube. En ningún caso, en las etapas anteriores del viaje se habían alcanzado acuerdos de esta dimensión.

Como resumen, se puede afirmar que China se ha portado bien con la comitiva comunista cubana, y ha justificado el viaje hasta el otro confín del mundo, lo que vuelve de nuevo a dejar fuera de la mesa de discusión el argumento del embargo o bloqueo. El imperio asiático, que aspira a relevar a Estados Unidos como primera potencia económica mundial, ha firmado un convenio sustancioso con el país que dice que Estados Unidos lo somete a un feroz embargo. Un buen ejemplo de cómo plantea China la solidaridad y cooperación entre países comunistas. Un regalo de Xi Jinping a la Cuba de Díaz Canel en sus peores momentos, ante las narices de Estados Unidos.

China le da una serie de facilidades económicas a Díaz Canel y este sienta las bases para que Cuba a 90 millas de Estados Unidos se convierta en referente para la implantación de China en América Latina. Incluso habla de un nuevo punto de partida histórico del que poco se sabe, pero que tal y como están las cosas, puede acabar siendo cualquier cosa, hasta una entrega parcial de soberanía nacional a China.   

Diaz Canel mostró su admiración por Jinping, el mismo personaje que públicamente depuró al dirigente comunista que lo precedió al frente del partido y que montó una bronca ante las medios al presidente de Canadá durante el G-20, porque según dijo, envidia “los aportes teóricos y prácticos del liderazgo de Xi Jinping al frente del Comité Central del Partido en la construcción del socialismo con características chinas en la nueva era, lo que consideramos un verdadero estímulo para todas las fuerzas progresistas”. Una frase que puede significar mucho más de lo que dice textualmente, y que puede estar apuntando a un posible ensayo en Cuba del modelo chino. Ya se verá. Cuba no es China, afortunadamente, y extrapolar modelos suele ser complicado.

Preocupados por los índices de COVID-19 en China que están amenazando la recuperación económica en este país, la delegación cubana se encontró con las restricciones y confinamientos que practica China para luchar contra la enfermedad, lo que Granma denominó “burbuja epidémica” con la que Díaz Canel sostuvo encuentros con el presidente de la Asamblea Popular Nacional, Li Zhanshu, y el primer ministro Li Keqiang. Finalmente, realizó tributo a los mártires del pueblo chino, en la Plaza Tiananmen. Y de vuelta a casa.


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