Las mipymes no son ni ángeles ni demonios, son mipymes (II)
Elías Amor Bravo economista
A lo largo de las últimas semanas, se ha observado que el régimen no ha perdido oportunidad para enfrentar a amplios sectores de la población contra las mipymes, y a tal efecto, las ha culpado injustamente de la inflación, cuando eso no es cierto. La población tuvo confianza en la capacidad de las mipymes para resolver los problemas de escasez de la economía. Y, de hecho, una parte importante de la oferta de bienes se comercializa por las mipymes, y es cierto, los precios son elevados, pero no por responsabilidad de las mipymes, sino por la escasez y los costes de importación derivados de un dólar muy caro. ¿Y quién está detrás de ello? El régimen.
Las mipymes no pueden satisfacer todas las necesidades, ni las expectativas que generaron, pero esto es debido a la injerencia del régimen, que ha utilizado sus instrumentos para mantener su baja participación en la economía. Los dirigentes hacen difícil la operativa de las mipymes y las distraen del objetivo principal de satisfacer las necesidades de los consumidores. Consecuencia de ello, las mipymes caen en la misma red de ineficiencia que las empresas estatales.
Algunas opiniones insisten en que esto ocurre porque las mipymes se han concentrado mayoritariamente en la comercialización y reventa de productos importados. ¿Es por voluntad propia o porque no tienen otro camino? Exploremos esta cuestión.
Los datos indican que solo un 4,6% de las mipymes pertenecen al comercio mientras que hay un 19% de empresas estatales que se dedican al comercio. El desajuste entre los dos porcentajes indica que hay campo suficiente para que las mipymes se dediquen al comercio, pero ¿lo aceptará el estado comunista, que tiende a ver el comercio como una actividad a excluir para el sector privado?
No parece que sea así. La economía estatal se encuentra deprimida por una oferta de bienes y servicios incapaz de atender las demandas de la población, en tanto que a las mipymes se les prohíbe acceder al comercio y competir. Los cubanos recurren al mercado informal, donde han prosperado todo tipo de fórmulas para acercar bienes y servicios a la población. Un auténtico desastre. Las tiendas en MLC se crearon, según el ministro Gil de forma temporal, y llevan casi cuatro años. Una vez más, la ideología se antepone a las decisiones económicas. Y como consecuencia de ello, surge un circulo vicioso según el cual, mientras menos mipymes comerciales haya y las empresas estatales no produzcan, la demanda no se satisface, la competencia es poca y los precios suben. Un desastre.
Y ante esta situación anormal, ya hay voces que están pidiendo la aplicación de incentivos a la comercialización de ciertos productos, fomentar alianzas, etc., para conducir esa comercialización. La vuelta al subsidio hará que el estado ocupe un papel central en la comercialización por las mipymes, llevándolas en la dirección de sus intereses y no los de la población. Más gasto para el régimen es insostenible.
Se llega así a una conclusión evidente. Las mipymes se enfocan en la comercialización, a pesar de los obstáculos del estado, porque hacerlo en la producción de bienes y servicios es todavía más complicado. Y aquí viene otro frente de crítica con el estado, porque para importar bienes del exterior las mipymes necesitan divisas que no existen, y entonces, con la crisis las mipymes se centran en actividades de ciclo más cortos de recuperación y más rentables ante la escasez de bienes en el mercado. La llegada de las mipymes a la comercialización es el resultado de una evolución lógica, causada por la intervención del estado en la economía.
Y entonces, el estado ataca con la propaganda y la desinformación. Y culpa a las mipymes de aprovechar la situación para enriquecerse lo que es falso. Incluso las culpa de que jubilados y que la población de ingresos de bajo poder adquisitivo no pueda acceder a la compra de bienes y servicios por los precios. E incluso, arremeten contra las normas contables y de operación de las mipymes, para producir, vender y recuperar y sus costos. De la luna de miel inicial, el estado/régimen ha empezado a lanzar ataques contra las mipymes, y esto ha encendido las alarmas.
Básicamente porque el régimen se muestra incapaz, con sus políticas de precios topados, centralizados o intervenidos, de controlar la inflación y ello desgasta su rol en este ámbito, ministerio de precios incluido. En tales condiciones, se empieza a extender la idea de que los mercados pueden desempeñar mejor esas funciones, incluso asumiendo que en ocasiones fallan, y el régimen se siente amenazado.
En realidad, la situación actual es muy desfavorable tanto para el sector estatal como las mipymes. Estas últimas asumen un tipo de cambio muy superior y las condiciones financieras, salarios e insumos son muy injustas respecto a las que paga una empresa estatal. Los precios que fijan las mipymes, que son blanco de ataque del estado, reflejan costes más elevados. El estado ni siquiera con precios “subvencionados” logra abastecer los mercados, lo que lleva a pensar que los subsidios son suficientes para generar oferta suficiente para la demanda. Las mipymes venden a precios que reflejan las condiciones desfavorables y no de precios excesivos; se agrava la situación general de la economía en lugar de ayudar a mejorarla.
De modo que el efecto de la inflación ha golpeado el modelo económico y a las mipymes, también. Un déficit fiscal descontrolado, responsabilidad del régimen, ha desatado las cifras de inflación con independencia de que haya mipymes o no. Una enorme y descontrolada expansión monetaria está provocando una inflación que no solo reduce el poder adquisitivo de la población, sino que hace que el peso cubano pierda valor, En suma, desequilibrios generados en el ámbito estatal que acaban por expresarse en el sector privado. En este, el desequilibrio monetario se expresa a través de incrementos de precios. En el estado, donde dominan los precios topados, intervenidos y centralizados, por la falta de bienes.
Las mipymes no son la causa de la inflación, y su supervivencia en un entorno inflacionario se hace más complicada por la aparición de efectos empresariales indeseados, como puede ser, por ejemplo, la obtención de beneficios extraordinarios mediante la fijación de precios excesivos en el ámbito de la comercialización, actividad que lejos de ser implementada por las mipymes está siendo practicada de forma generalizada por el estado.
A pesar de las dificultades, las mipymes dedicadas a la comercialización están aportando un beneficio a la sociedad, no están obteniendo beneficios de forma generalizada y sobreviven con no pocas dificultades, y se encuentran a merced del descontrol de las fuentes de emisión monetaria que son responsabilidad de la ausencia de una política monetaria por el Banco Central.
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